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|Cinco días para el Baile|
 

 
  

 
Narra Lauren
 

"Lu..."

"¡Yo no fui!" Prorrumpió apresuradamente interrumpiéndome, se dio vuelta para quedar frente a frente y trató de actuar lo más normal posible, pero ocurría todo lo contrario; parecía sospechosa.

"¿Qué estás haciendo?" Aclaré con los ojos entrecerrados y pude ver como tragaba con incomodidad

"Solo estoy... aquí." Se achicó de hombros y desvió la mirada, sus dientes mordían su labio inferior.

"Así que... solo estás «aquí» en el estacionamiento desértico..." Asintió. "Con un aire muy misterioso, de pie junto al auto de Verónica." Resalte y ella empezó a balancearse sobre sus talones.

"Pero no hice nada." Subió sus brazos con inocencia, ladeó su cabeza y le di una mirada suspicaz. "Buuueeenoooo..." Metió las manos en su abrigo rojo. "Quizás metí un par de hojas dentro de su coche." Miró hacia arriba.

"¿Un par de hojas?" Arquee mi ceja de forma cuestionante.

"Buuueenoo." Sin darse cuenta usaba un tono retorico. "Realmente fueron más de dos..." Volteó su rostro y por encima de su hombro echo un vistazo hacia el auto por el rabillo del ojo.

Me puse de puntillas para mirar el interior aprovechando su descuido.

"¡Verónica va a matarte!" Le indiqué viendo la magnitud del problema. "¿Cómo demonios metiste todo eso ahí?" Me observó por unos segundos, como si estudiara mis palabras.

"¡Oh!" Exclamó. "Ella se lo buscó." Simples y directas palabras, como si aquello lo explicara todo... "Ahora es muy importante que suprimas este recuerdo de tu memoria." Requirió en un susurro. "Nunca me viste aquí y nunca tuvimos está plática ¿Vale?" Especificó enderezando su cuerpo.

Sonreí y ella arrugó el ceño. Lucy era muy lista y en sus ojos podía ver que me había interpretado, ella sabía que estaba tramando algo.

"¿Me acompañas a mi auto?" Invité señalando el otro extremo del aparcamiento. "Hay algo de lo que quiero hablarte." Expliqué, con vacilación asintió y estiró su mano para que yo caminara delante de ella y así lo hice.

"Te vigiló Jauregui." Escuché que murmuró a mis espaldas pero decidí dejar pasar aquel comentario.

Una vez llegamos a mi auto ingresamos en él, Lucia se sentó en el asiento del copiloto completamente erguida con sus manos en las rodillas mientras sus dedos tamborileaban sobre ellas.

"Necesito tu ayuda." Dije sin perder el tiempo, sus ojos buscaron los míos con suma prisa, su rostro ligeramente extrañado me decía que aquello no lo vio venir.

"¡Caray!" Frotó sus rodillas y frunció sus labios, la duda impregnada en sus ojos.

"Si no me ayudas... me temo que debo contarle a Iglesias que fuiste tú quién puso su amado vehículo hasta el tope de hojas secas." Extorsione un poco.

No me critiquéis, en realidad necesito la ayuda de Lucia, y honestamente nunca la delataría con Verónica aunque se negara, de todas formas la pequeña nota que dejó en su parabrisas con la palabra «Verdulera.» escrita en mayúsculas, no la ayudará mucho a mantener el anonimato que tanto desea.

Alegría (Camren)Where stories live. Discover now