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|Desde...|


Narra Lauren

"¡Madre mía! Demasiada información." Se estremeció. "Ya no podré ver de la misma manera a Leroy... o a el laboratorio de biología." Señaló con una mueca divertida y no pude evitar echarme a reír.

"¿Tenéis una especie de relación abierta o... algo así?" Preguntó incrédula y yo asentí, su cara fue un completo poema. Camila abría y cerraba su boca como si quisiera decir algo.

La morena se quedó hundida en sus pensamientos mirando a lo lejos como su hermana se deslizaba por el tobogán. Se aferró a la jaula de su pequeña rata mientras que con su mano libre llevó el algodón de azúcar a sus labios para morderlo.

Noté como un poco de azúcar quedó pegado a un lado de su barbilla, así que con cuidado pase mi pulgar para limpiarla, Camila se estremeció y se alejó instintivamente, me miró con aquellos ojos marrones cargados de sorpresa ante mi acción.

"Tu cara de payasa está cubierta por algodón." Le Comunique y de sus labios salió un casi inaudible «Oh.»

Volví a inclinarme hacia a ella sin embargo me detuve al escuchar que formulaba una pregunta.

"¿Por qué?" La miré con confusión y entendió que no tenía idea a lo que se refería. "¿Por qué has aceptado algo así?" Se detuvo. "Mereces mucho más que una relación abierta Lern." Aseguró.

Haber pillado a Brad con Leroy no significo nada para mí, a excepto de un shock emocional por descubrir una parte que desconocía del castaño. No hubo dramas ni llanto, simplemente hice como si aquello nunca hubiese ocurrido.

Sin embargo aquel descubrimiento supuso el inicio de un acuerdo entre Brad y yo. Él podría seguir con sus aventuras pero nada de aquello debía saberse.

Primero. La relación de nuestros padres podría verse afectada por el simple hecho de que mis padres creerían que me ha lastimado.

Segundo. A nadie le gusta quedar como la imbécil de la relación, a nadie le gusta ser señalada como «a la que le han montado los cuernos.»

Tercero. Saltarme la compasión y/o lástima por parte de las personas que me rodean, y es que la gente apenas se entera que te han puesto los cuernos te miran como si te acabaran de amputar una extremidad.

Desde aquel día Brad podía liarse con quien le apeteciera, yo podía liarme con quien quisiera y todos felices. La relación perfecta para los terceros que no tenían ni puta idea de la realidad que éramos.

"Supongo que es porque Brad me da igual de esa manera." Explique volviendo mi pulgar a su mandíbula.

"Eso explica porque le ha ido bien en matemáticas." Razonó. "Sinceramente dudo que sepa multiplicar siquiera." Dijo con los ojos entre cerrados.

"Estas en lo cierto." Coincidí y ambas reímos.

Camila cogió un trozo de algodón entre sus dedos y lo acercó a mis labios.

"Abre." Ordenó y obedecí comiéndome lo que me ofrecía.

Nos quedamos en silencio y noté que nuestras manos estaban entrelazadas y que mi dedo pulgar acariciaba el dorso de la suya. ¿Desde cuándo he estado haciendo esto? o ¿En qué momento entrelazamos nuestras manos?

"No has traído la guitarra." Recordé y ella resopló mientras negaba. "Creo que te recordé un par de veces por mensaje." Comenté y me miró incrédula mientras bajaba sus piernas al césped.

"¿Un par de veces? Yo conté diez mensajes." Señaló acusadoramente.

"Pues, más a mi favor inglesa aburrida que alimenta patos y habla con una rata. No puedes simplemente excusarte diciendo que lo has olvidado." Le avisé inclinándome un poco hacia ella.

Alegría (Camren)Where stories live. Discover now