Prólogo

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—Lo siento, pero me gusta tu hermana.

Fue justo lo que me dijeron cuando confesé mis sentimientos a alguien por primera vez.

Mi versión de catorce años había creído conveniente enamorarse de uno, mas bien, de mi único amigo en aquel entonces. Ni siquiera era un chico bastante agradable, era demasiado serio y a veces amargado, le gustaba quejarse hasta del aire que respirábamos. Tampoco era muy guapo, no tenía nada que ver su apariencia, era más bien la  falta de personalidad que mostraba, quería encajar en todos lados, sin embargo nunca lo hacia. 

No le agradaba a muchas personas, pero para mi siempre fue diferente, desde que lo había conocido a mis doce años cuando me intento engañar regalándome una paleta que había recogido del piso nos habíamos vuelto inseparables, éramos vecinos y asistíamos a la misma escuela. La formula perfecta, con el tiempo, él se convirtió en alguien más, ya no era solo el amigo que iba a mi casa a ver películas o  jugar videojuegos. Se transformo en un chico molesto a el chico molesto del que me había enamora. 

Por la manera en que me trataba y su insistencia por pasar tiempo conmigo supuse que sentía lo mismo que yo.

Pero me equivoque.

—Solo me acerque a ti porque me entere que eras la hermana de Yoona —Retorció las manos. —No creí que seríamos amigos durante tanto tiempo.

Y así sin más se fue de mi vida.

Bueno, lo saque ¿Podía culparme? Me había utilizado para acercarse a mi hermana, una chica cinco años mayor que él ¿Por qué pensaba que mi hermana se iba a fijar en él? Ni siquiera le salía vello facial. 

Lo admito... él fue quien me saco de su vida primero. Fue entonces cuando mi hermana se dio cuenta de lo sucedido, el príncipe se convirtió en sapo en un abrir y cerrar de ojos, ya ni siquiera era digna de ser su amiga, me ignoraba e incluso me molestaba. Yoona se entero de todo y aclaro ciertos asuntos con él.

Odie que hiciera eso, puede que sus intenciones fueran buenas, pero solo había logrado empeorar la situación, ya no solo era rechazada por el chico idiota, si no también por la mayoría de ellos. Al parecer mi hermana amenazo al chico por mi culpa, ninguno de ellos quería estar en malos términos conmigo, lo más fácil (idiota) para ellos fue marcar las distancias.

Con el tiempo también se cambio de escuela, logro conseguir un intercambio a un internado famoso en Londres, siempre había querido viajar y a pesar de todo me alegre de que lo lograra. Aunque también esperaba que sus maletas se perdieran en el avión, tal vez terminando en el mar. Junto con toda su colección de Leggos. 

Mi primera historia de amor empezó y termino sin darme cuenta. Llevándose a la tumba todas las que pude haber tenido.

Y todo gracias a mi sangre.

Mi hermana.

Yoona.

La diosa Yoona.

Así era como la mayoría de los hombres que la conocían la llamaban. No iba a negar la realidad. Mi hermana es hermosa, muy hermosa, la mujer más hermosa que tus ojos pudieran ver, tan hermosa que molestaba. Podía lograr que siendo una mujer heterosexual comenzaras a dudar de tu sexualidad. 

Mi mamá decía que su hija es una obra de arte porque ella y mi papá la hicieron con mucho amor (asco). Tiene esta idea loca en la cabeza de que también tenía que ver que llego virgen al altar, que nació en año bisiesto y algo sobre la colocación de la luna cuando fue procreada. Creo que mi mamá tenía demasiada imaginación.

No me mal entiendasWhere stories live. Discover now