Kim Taehyung es todo lo que Chou Tzuyu había estado evitando en sus cortos diecisiete años.
El chico problemático que se saltea clases, fuma cigarrillos, conduce una motocicleta y... ¿Avienta a profesores por las escaleras? Un chico rodeado de malos...
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—No puedo creer que haya hecho eso —Nayeon me miro con una sonrisa burlona en su rostro. —De verdad que es un imbécil.
Asentí con la cabeza dándole toda la razón.
—Incluso planeamos hacerle una fiesta de despedida —Jennie negó con la cabeza. —¿Y tu que haces aquí? —Miro a Nayeon con cara de pocos amigos. —¿No tienes que estar en tu escuela?
Nayeon la ignoro por completo rodando los ojos y tomando del jugo que traía en su mano. aunque Jennie tenía un punto, estábamos a mitad de la mañana, no se supone que estuviera aquí
—Dime que le hiciste algo —Nayeon me vio esperanzada
—Bueno, estaba con muchos sentimientos encontrados —Me excuse. —Lo único que tenia a la mano era un pastelillo de chocolate.
Murmure mientras en mi cabeza se repetía la escena de hace unos días en la pastelería de la abuela de Taehyung.
Había pasado varias noches llorando con el dinosaurio pensando que ahora que Taehyung se había reconciliado con su papá e incluso había aceptado irse a vivir con él nos separaríamos inevitablemente. Pero nunca mencione nada acerca de la ruptura, no me sentía preparada. Cuando se acercó la última semana de escuela no pude ocultar más mis sentimientos y mucho menos después de verlo tan tranquilo, la gota que derramo el vaso fue cuando me pidió que lo ayudara a empacar sus cosas, había tratado de ser fuerte, de verdad, pero cuando llevábamos las mitad de las cosas empacadas había comenzado a llorar cual magdalena.
Taehyung había pasado un buen momento de pánico y estrés tratando de tranquilizarme y entender porque estaba llorando como lo estaba haciendo.
—Nena, necesito que te tranquilices —Me pidió por quinta vez. —No entiendo lo que dices.
—T-te vds a id.
Ni yo estaba entendiendo lo que estaba diciendo, todo era llanto e hipo.
—Estas comenzado a preocuparme, de verdad necesito que respires —Me tomo de los brazos. —Así como yo —Comenzó a inhalar y exhalar. —Hazlo conmigo.
Después de hacerlo un par de veces logre tranquilizarme, los ojos de Taehyung seguían luciendo preocupados mientras que con sus pulgares limpiaba el resto de las lagrimas en mi mejilla.
—Ahora si —Acerco su frente a la mía. —Dime que sucede.
—Yo...—Tranquilice el sollozo que estaba a nada de salir. —¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —Lo golpe con un secador. —Te marcharás al otro lado, luces tan tranquilo y hasta feliz ¿No piensas ni un poco en nosotros?
—¿De que hablas?
—¿Tan poco significo para ti? —Lo volví a golpear. —¡Tu idiota!
Después de que lo insultara un poco más él se había soltado riendo, con muchas ganas.
