•Capítulo 33•

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Me había quedado sin energía, todo lo que había pasado ayer aún no se procesaba en mi cabeza, lo que más me había dolido fue la manera en la que mi mamá me había tratado, sabía que tenía una obvia preferencia hacia Yoona, pero no creía capaz de qu...

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Me había quedado sin energía, todo lo que había pasado ayer aún no se procesaba en mi cabeza, lo que más me había dolido fue la manera en la que mi mamá me había tratado, sabía que tenía una obvia preferencia hacia Yoona, pero no creía capaz de que literalmente me rebajara de esa manera, ni siquiera me había dejado hablar cuando ya había saltado a sus conclusiones e incluso me había golpeado, el golpe había sido tan duro que aún tenía roja mi mejilla y  tenía clavadas sus uñas en mi brazo.

Con la confesión de Yoona las cosas se habían puesto aun peor, mi mamá comenzó a hacer un tremendo drama diciendo que ahora la trataban de loca, insistió en que no tenían que estarme defendiendo, que desde pequeña había sido una niña problema y envidiosa. Trato de comunicarse con mis abuelos hasta que mi papá le arrebato el teléfono.

Mi papá  tuvo que levantar la voz como jamás lo había visto, estaba tan molesto, con mi mamá mas que nada, le repitió una y otra vez que yo también era su hija, que Yoona no era solo una fuente de dinero y que él no estaba pintado en la casa. Mis papás no estaba bien desde hace tiempo, mi mamá no pasaba mucho tiempo en la casa, llevaba a Yoona de arriba para abajo desde que vio que podía generar dinero, a mi papá jamás le había parecido que perdiera clases por estar haciendo modelaje. Pero mi mamá no lo escuchaba, mi papá tenía que asistir a mis juntas en la escuela por que mi mamá cancelaba de ultimo momento, deje de esperar a que ella me recogiera y tome el autobús o camine por mi cuenta.

Cuando la discusión se torno más acalorada Yoona me había llevado a mi habitación.  Al final de la noche escuche como mi papá se metía a la habitación de huéspedes que se encontraba frente a mi habitación.

No había parado de llorar, llore hasta el punto que el aire me comenzó a faltar, por más que trate de tranquilizarme para que Yoona quitara ese rostro preocupado no podía, sentía que mi mamá me odiaba y tenía miedo de que ella también lo hiciera.

—Te juro que jamás te haría algo así —Dije entre sollozos. —Eres mi hermana, jamás podría odiarte o..

—Tzuyu tranquila —Yoona me abrazaba contra su pecho. —Necesitas tranquilizarte y respirar.

—No me odies por favor —Me aferre a su chaqueta mientras mi cabeza se hundía en ella. —Por favor, no me odies.

—Jamás podría odiarte —Me separo de ella. —Hablo en serio —Su voz sonaba tranquila, —Donghae y yo nunca tuvimos algo, ni ahora, ni mucho menos cuando escribiste esa carta.

—¿Desde cuándo lo sabes? —Pregunte sintiéndome apenada.

—Mucho antes de lo que tú crees —Sonrió. —Creo que todo esto se tornó en un gran mal entendido.

Estaba demasiado confundida, sabía lo que había visto ese día y como es que estos dos eran inseparables.

—Tzuyu, yo no soy tan perfecta como todos piensan —Su mano tomo la mía. —Es verdad que he tenido suerte con los medios y logre abrirme paso en ese mundo, pero la realidad es que eso me ha traído más problemas que beneficios —Soltó un suspiro. —Las mayoría de las personas a mi alrededor siempre están buscando algo. Estaba tan cansada de eso cuando entre a la universidad que decidí dar todo a mi carrera y a mi trabajo, olvidándome por completo de los demás. —Su voz se iba apagando. —Creo que ese fue uno de mis peores errores, las chicas podemos ser muy malas, pronto todos comenzaron a ignorarme e incluso a tratarme mal diciendo que yo era demasiado creída y que los veía como si no valieran nada.

No me mal entiendasWhere stories live. Discover now