Kim Taehyung es todo lo que Chou Tzuyu había estado evitando en sus cortos diecisiete años.
El chico problemático que se saltea clases, fuma cigarrillos, conduce una motocicleta y... ¿Avienta a profesores por las escaleras? Un chico rodeado de malos...
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—¡Taehyung!
Era la quinta vez que lo llamaba, pero él no quería detenerse, no sabía que podía caminar tan rápido o que podía golpear a un profesor para después irse como si nada hubiera pasado. No me había quedado a esperar a ver la reacción de Donghae, en cuanto Taehyung se marchó de ahí maldiciéndolo no dude en seguirlo, sin embargo, mis intentos por alcanzarlo habían sido en vano, ni siquiera me contestaba.
Llevábamos caminando por los pasillos del segundo piso por un buen rato, no sabía a donde se dirigía, pero tenía que hablar con él, había visto el beso y no quería que mal interpretara las cosas. Aunque tuviera una buena razón, yo no había hecho nada malo, al contrario.
Además de que lo que él hizo no estaba nada bien, no por haber golpeado a un profesor, si no por como había reaccionado, esa actitud no era normal, había demasiada ira ahí.
—¡Vamos Taehyung! —Intente tomarlo de su chaqueta. —¡Déjame explicarte lo que paso! —Mis esfuerzos eran inútiles. —¡No es lo que piensas!
Taehyung se detuvo abruptamente, sus hombros subían y bajan, aun seguía dándome la espalda por lo que no podía ver su expresión, esta era la única oportunidad que tendría para explicarle las cosas.
—Escucha —Me acerque paso a paso a él. —Todo tiene una explicación, solo tienes que tranquilizarte y escucharme.
—No necesito tus explicaciones —Su voz sonó tan dura que no pude evitar retroceder los pasos que ya había avanzado. —Se lo que vi, no soy ciego Tzuyu.
—No, las cosas no pasaron como piensas, yo...
—Basta Tzuyu.
Se giro con un rostro que jamás había visto en él.
Antes pensaba que siempre me veía con mala cara, incluso cuando las cosas estaban bien Taehyung siempre mostraba un rostro neutro, sin ninguna expresión, solo de vez en cuando me dejaba ver otra faceta de él. Incluso ahora mismo me estaba mostrando una nueva faceta, una que hubiera preferido no ver jamás, me miraba con desprecio, el sentimiento de odio que estaba desprendiendo en estos momentos me estaba formando un nudo en la garganta, no podía soportar que me viera de esa forma.
—No necesitas darme más explicaciones —Continúo metiendo las manos a los bolsillos de su pantalón. —Ahora mismo tienes lo que siempre quisiste. Donghae está enamorado de ti, por fin vas a poder estar con la persona que siempre quisiste.
Con cada palabra que decía sacudía mi cabeza y daba un paso hacia él, no era del todo mentira lo que decía, siempre quise estar con Donghae, desde hace dos años él era el único en quien podía pensar.
No me había atrevido a ver a otros chicos porque siempre terminaba comparándolos con él, porque muy en el fondo tenía la esperanza de que cuando lo volviera a ver, sería a mi a quien elegiría y con su regreso esas ilusiones que había guardado en el cajón de mi escritorio simplemente se habían escapado como si nada. Donghae era lo único que conocía, lo que creía que era perfecto para mí.
