•Capitulo 1•

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Camine por los pasillos de la escuela estirándome, había estado estudiando toda la noche para una prueba en la que el profesor ni siquiera se presentó, pude haber dormido cómodamente, pero no, el decidió que  hoy era día de prueba de cinco temas d...

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Camine por los pasillos de la escuela estirándome, había estado estudiando toda la noche para una prueba en la que el profesor ni siquiera se presentó, pude haber dormido cómodamente, pero no, el decidió que hoy era día de prueba de cinco temas de los cuales solo tres había enseñado, era el profesor más insoportable del mundo. Si no tenía vocación para enseñar debió dedicarse a otra cosa.

Tampoco tenía muchas ganas de estar en el salón escuchando los chismes de la escuela, había estado rondando tantos últimamente que hasta parecía programa de espectáculos. Jennie este año estaba en una clase diferente por lo que no me la toparía, con él único que hablaba en mi clase hoy justamente había faltado. No les solía a hablar a mis compañero por dos simple razones:

1. A los chicos solo les interesa saber acerca de mi hermana.

2. A las chicas no les agradaba.

No a todas claro, pero era la mayoría. Y solo por una estupidez. Desde de primer año llevaba ganando al ''Mejor rostro'' de la escuela. Una inmadura encuesta en la pagina de Instagram de nuestra escuela (no oficial) que era manejada por alumnos anónimos. Desde años anteriores se veía manejando esa encuesta, tanto hombres como mujeres, pero con todo el auge de Instagram había llegado al limite, también personas de otras escuelas votaban.

Realmente no era la ganadora, siempre había permanecido en el segundo lugar, por más extraño que pareciera, mi hermana Yoona seguía siendo la numero uno, no importaba hace cuando tiempo se hubiera graduado, ella seguía siendo la Diosa de este lugar.

Y yo su sombra.

Era por eso que ahora me dirigía a la azotea de la escuela, debería de permanecer en el salón de clases junto cuando faltaba un profesor, pero nadie le hacia caso a esa regla y todos preferían ir a la cafetería o a los jardines, podrían ser descubiertos y llevados a detención, no me iba a arriesgar.

Aunque la azotea era otra prohibición más grande, pero solo estaba la señal que te lo prohibía, no se cuidaba mucho esta zona ya que estaba alejada de los salones en uso y porque los profesores en su tiempo libre preferían ir a fumar en sus zonas que estar cuidando de nosotros. Así que muchos venían aquí a liarse con sus parejas o también a fumarse un cigarro, incluso yo lo había hecho una vez con Jennie, pero a ninguna de las dos nos gustó por lo que dejamos una cajetilla casi completa de regalo al que la encontrara. Incluso le había deseado que por cada cigarro que fumara se le concediera un deseo, digo si es tan valiente de consumir eso creo que debería de concederle un deseo, sus pulmones se merecían algún regalo.

Subí las escaleras para poder tomar la puerta medio abierta que daba a la azotea, esta nunca estaba cerrada ya que solo se podía abrir desde adentro, nadie la cerraba porque no querían ser los culpables de haber dejado morir de frio, hambre o sed a la persona que se quedara afuera en ese lugar.

El techo era muy grande, tenía unas enormes bases de conductos que yo suponía eran los del aire acondicionado, entre estos habían muchas sillas y mesas que antes se encontraban en los salones y fueron destruidos, además de casilleros que eran muy parecidos a los que se encontraban en el gimnasio, a pesar de estar lleno de eso aún quedaba un enorme espacio libre que daba al frente de la escuela, me gustaba mucho acércame a la orilla, no mal interpreten, no es que quisiera suicidarme.

No me mal entiendasWhere stories live. Discover now