Introducción

679 22 2
                                    

   Esta es la historia de cómo me tropecé y me caí al suelo.

   El día en que caí, sin embargo, no estaba mirando al piso. Estaba caminando, pero distraída y absorta en un par de ojos celestes. Celestes y azules como el mar.
   Y por eso no vi la piedra.

   El día en que caí, no lo hice sola; conmigo cayeron también mi estabilidad, mi equilibrio mental y hasta algunas otras personas.
  
   Confieso que todavía no consigo levantarme del todo. Y todavía me duelen las heridas.

   Ponete cómodx, porque te voy a contar una historia. Comienza ese día, el fatídico y maravilloso día en el que vi esos ojos marinos por primera vez...

 

Lo que nunca pude decirteWhere stories live. Discover now