Si me pongo a pensar
lógicamente
coherentemente
no tengo motivos para seguirte extrañandotus ideales nunca encajaron con los míos
tan bien como lo hacían nuestras manos
y nuestros planes a futuro eran
simplemente irreconciliablesnunca pude realmente entender
algunas cosas que decías
y sé que vos tampoco comprendías
muchos de mis planteamientosmis ideas eran una maraña
que para vos no tenía sentido
tus ideas eran un enredo
del cual yo nunca podía salira veces te miraba
y no entendía nada
pero entonces me mirabas
y lo entendía todootras veces me lastimabas
pero no había enojo que tus besos no disolvieran
ni tristeza que durara cuando me hacías cosquillaslos días sin verte siempre fueron inviernos
pero de alguna forma a vos no parecían afectarte
me viste temblando y no se te ocurrió abrazarme
o al menos sentarte a temblar conmigoyo te miraba hasta dormir como si fueras un tesoro
y creo que a veces vos ni me mirabastu cuerpo y el mío siempre fueron imanes
pero tu mente y la mía eran polos opuestostus besos y los míos siempre supieron encontrarse
pero tus horas y las mías iban a destiempopor eso
si me pongo a pensar
fríamente
conscientemente
no tengo motivos para seguirte necesitandopero si me pongo a sentir
ilógicamente
irracionalmente
encuentro mil y un motivos en tu piel
para no irme(quiero que sepas que estoy
pero no porque quiera quedarme
sino porque no quiero irme
y son cosas distintas)
YOU ARE READING
Lo que nunca pude decirte
PoetryAcá están. Todos los poemas que inspiraste en mí, pero que jamás viste. Tus ojos de mar siempre fueron mi mejor musa. Quizás yo fui muy cobarde como para mostrarte mis escritos, o en realidad quizás nunca te importé lo suficiente. Pero acá están...