LVI. Venecia

26 0 0
                                    

Me hubiese convertido en pájaro
y hubiese volado con vos a Venecia
si me lo hubieras permitido
-quiero que lo sepas-

podríamos haber visto miles de atardeceres
poniéndose sobre distintos mares
sólo para confirmar
sólo para poder decirte
que ningún océano se compara
al de tus ojos
sólo para que pudieras decirme
que ningún sol se compara
al de los míos

me hubiese prendido fuego
sólo para mantenerte caliente
si hubieras temblado al lado mío
y me hubiese hecho agua
aunque estuviéramos en el desierto
si te hubieras quejado por la sed

te hubiese dado pedacitos de mí
si te hubieran faltado piezas
para completar tu rompecabezas
te habría enseñado
una y otra vez
a usar las estrellas para no perderte
te hubiese contado las historias
de las constelaciones
y me habría hecho tu brújula
siempre apuntando al norte de tus sueños
y de todos tus deseos
(¿alguna vez fui uno de ellos?)

hubiese cometido todos los pecados
escritos en la biblia
con tal de arder en tu infierno
y a pesar de mi completo ateísmo
hubiera creído en tu boca
porque hacía milagros con la mía

me hubiese arrancado el corazón
de mi pecho
con mis propias manos
si lo hubieras necesitado
y de hecho
me arranqué la felicidad del alma
para sacarte una sonrisa
me desgarré con mis propias uñas
para que estuvieras conforme

me quedé ciega porque encontraste
soles más cálidos en otros ojos

me desangré porque me dijiste
que tu color favorito era el rojo

Lo que nunca pude decirteWhere stories live. Discover now