Supongo que debería darte las gracias:
me lastimaste y lloré inspiración
me desgarraste y de mis heridas
manaron escritos y otoños
me apuñalaste y sangré palabrascumpliste tu trabajo de musa
a la perfección
y cuando lo terminaste me destruiste
para que no pudiera escribirle
a nadie más
los mismos versos que di a luz
a través de tus ojos
gritando de dolor
y éxtasisahora tengo nuevas cicatrices
gracias a vos
-no pude volver ilesa de tu guerra
perdí demasiadas batallas-
y heridas que siguen sangrando
al compás de tus apariciones
pero van a sanar pronto
esta vez llevo vendajes
esta vez no voy a desangrarmeme templaste como una espada
al rojo vivo de tus mentiras
me endureciste como una coraza
a prueba de tus proyectiles
me enseñaste a protegerme
de tus miradas oceánicas
tan certeras y letales como flechas
y de tus sonrisas angelicales
tan ágiles y violentas como balasme hiciste sentir viva
por primera vez en mucho tiempo
me electrizaste por dentro y por fuera
-un rayo en mitad de mi noche-
me devolviste las ganas de escribir
pero también me devolviste mi locura
y me mandaste de vuelta a este infierno
al que yo misma me condené hace tiempome rompiste y me corrompiste
me mentiste y me desmentiste
me doblaste y me doblegaste
pero aún así supongo
que debería darte las gracias:
si lo que no te mata te hace más fuerte
me hiciste inmortal
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Lo que nunca pude decirte
PoetryAcá están. Todos los poemas que inspiraste en mí, pero que jamás viste. Tus ojos de mar siempre fueron mi mejor musa. Quizás yo fui muy cobarde como para mostrarte mis escritos, o en realidad quizás nunca te importé lo suficiente. Pero acá están...