XXIV. Simplemente

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Cierro los ojos intentando no pensar
que no sos vos el que está al lado mío

toco su pelo
-pero el tuyo no era rizado
era corto en los costados y muy suave
me encantaba despeinarte el flequillo
y hundir mis manos en tu cabeza
hasta que te durmieras
también me gustaba acariciar tu nuca
y acercarla a mí para poder besarte

no puedo evitar pensar que tu pelo era
simplemente
distinto-

toco su mano
-pero las tuyas eran diferentes
solían estar calentitas
y eran más grandes que las mías
pero aún así encajaban
siempre se te notaban las venas
y me encantaba besar tus nudillos
capaz intentando curar todos esos dolores sordos
todos esos moretones invisibles
por cada vez que le pegaste a la pared
y no estuve ahí para frenarte

no puedo evitar pensar que tus manos eran
simplemente
distintas-

toco su pecho
-pero el tuyo era firme
como esculpido en mármol romano
me encantaba recostarme sobre él
mientras me acariciabas el pelo
y me encantaba abrazarte de atrás
y recorrerlo con mis manos
mientras escuchaba a tu corazón acelerado
el tuyo tenía un olor que yo amaba
pero que ya
por más que lo intento
no consigo
no puedo
no puedo recordar

no puedo evitar pensar que tu pecho era
simplemente
distinto-

toco su cuello
-pero el tuyo era blanco níveo
excepto cuando mis labios lo marcaban
ahí hundía mi nariz y entonces
suspiraba la palabra refugio
me gustaba sentirlo vibrar cuando te reías
pero más me gustaba cuando lo besaba
y el que vibraba eras vos

no puedo evitar pensar que tu cuello era
simplemente
distinto- 

toco sus brazos
-pero los tuyos eran más fuertes
y tus abrazos siempre fueron casa
me encantaba cuando me alzabas en ellos
y parecía que no te costaba esfuerzo
me encantaba cuando me rodeaban
porque eran todo menos jaula
eran una burbuja protectora
que ojalá nunca hubiese reventado
eran una guarida anestesiante
que aliviaba todos mis dolores

no puedo evitar pensar que tus brazos eran
simplemente
distintos-

beso su boca
-pero la tuya
la tuya era miel
la tuya era oasis
y sabía hablar el idioma de mis besos a la perfección
tan perfectamente que a veces
me parecía hasta ilógico
que tus labios y los míos encajaran tan exactamente
en el rompecabezas que siempre fue mi vida
la tuya era fuego
pero no me quemaba
y podría haber sobrevivido
sólo a base de esos besos

no puedo evitar pensar que tu boca era
simplemente
distinta-

abro mis ojos
y miro los suyos
-pero no son tus pupilas marítimas
no son cielo en el que pueda volar
ni laberinto en el que me pueda perder
tus ojos eran dos estrellas
que nunca me encandilaban
tus ojos eran dos planetas
que me volvieron satélite
tus ojos eran dos ejércitos
ante los que siempre me rendía

no puedo evitar pensar que tus ojos eran
simplemente
distintos-

vuelvo a cerrar los ojos
intentando evitar pensar que vos eras
simplemente
distinto

Lo que nunca pude decirteWhere stories live. Discover now