LXXX. Cerrar

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Es justo que todo termine
al igual que empezó

al principio de esta historia
decidí abrirte mi puerta
te dejé entrar a mis rincones
mis sótanos y mis áticos

tenía miedo
pero decidí confiar
-qué ingenua
qué ilusa-

aún así no me arrepiento
de haber girado ese picaporte
ya no me persigo por esas noches
que pasamos contándonos lunares
y estoy cansada de sentirme culpable
por todo el daño que causamos juntos

irónico que ambos
nos hicimos inmortales:
yo grabé tu esencia
en estas páginas
para que nunca mueras
y vos me hiciste tanto daño
que ahora nada puede lastimarme

supongo que estamos a mano 

por eso es momento y es justo
que todo termine
al igual que empezó

esta vez te cierro mi puerta
y tiro la llave al mar
que siempre me hizo pensar
en tus ojos celestes

esta vez suelto el picaporte
y te digo adiós
pero no para siempre
decir eso sería tentar al destino 
y en realidad tampoco
es que nunca más vayamos a vernos

quizás alguna vez
nos encontremos en sueños
y siempre que sintamos
la punzante necesidad
de revivir nuestra historia
estas páginas van a recordarnos
ese hermoso y terrible momento
en el que por fin
decidí
abrir

y mirá
ahora por fin
decido

cerrar

Lo que nunca pude decirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora