LXVI. Pecados

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No me importa
cuántos pecados hayas cometido
puedo acompañarte al infierno
yo no soy ningún ángel

nos aliemos con el demonio
para vengarnos del dios envidioso
que nos llamó impuros
y quiso separarnos
pero descubrió que nos crecían alas
y que llegábamos a las puertas del cielo
cada vez que nos besábamos
y no supo qué hacer
así que nos dejó en este limbo

no me importa
cuántas veces me hayas matado
porque me resucitaste
la misma cantidad de veces
no me importan las heridas
que me hayas causado
si las convertís en cicatrices
con sólo mirarme

todos me dicen que no sos bueno
me señalan tus demonios
mientras los de ellos les susurran al oído
-se olvidan de que todos tenemos los nuestros
ninguno de nosotros merece el cielo-

yo conozco bien tus pecados
-muchos los cometimos juntos-
y todavía me duelen ciertas cosas
pero tampoco puedo evitar
querer protegerte de todo y de todos
querer ser tu paraguas en la tormenta
querer ser tu escudo en la guerra

y es que no me importa
que tanto te merezcas
la bala que se dirige
directa a tu corazón:
voy a interponerme
entre ella y vos
de todas formas


Lo que nunca pude decirteWhere stories live. Discover now