El amor destruye ciudades
es algo que nos gusta pensarculpamos al sentimiento
por ejemplo
de la caída de la mítica Troya
a manos de guerreros griegos
a manos de un caballo de madera
a manos del fuego espartanoel amor quemó Troya hasta los cimientos
es algo hasta poético de pensarnos olvidamos
sin embargo
de los portadores de ese sentimiento
de Paris
de Helenanos olvidamos
de la firmeza de Aquiles
que no quiso luchar con los griegos
porque no tenía motivos
pero no los detuvode la cobardía de Odiseo
que también se quedó de brazos cruzados
a sabiendas de la injusticiade la promesa de Menelao
el esposo de Helena
de no lastimar a nadie
si ella volvía con él
pero había mentidoel amor hizo que Troya ardiera
es algo hasta fácil de pensarpero fueron los griegos quienes prendieron esas antorchas
fue la no acción de Aquiles
la cobardía de Odiseo
fue la promesa rota de Menelaopero si rebuscamos muy al fondo
fue Paris
fue Helena
Helena de Esparta
Helena de Troya-Helena de nadie
ella sólo quería ser libre
sólo quería pertenecerse a sí misma-el amor no destruye ciudades
la gente enamorada lo hacey en esta historia
yo soy Helena
Paris
Troyatodavía estoy intentando decidir
si vos fuiste Aquiles
Menelao
o los griegos con antorchaspero en cualquier caso mi ciudad
fue quemada hasta los cimientos
y ya no puedo reconstruirla
y ya no puedo vivir en ellael amor no destruye ciudades
vos hiciste que ardieran las mías______________________________________
Nota: ¿se nota mucho que amo la mitología griega? Helena es uno de mis personajes favoritos. Si tengo una hija algún día, no se sorprendan si le pongo ese nombre. O Calíope, quizás.
Esto lo escribí después de terminar una serie, Troy: fall of a city. Si les interesa, está en Netflix. Si no tienen Netflix, pirateen hijxs míxs, pirateen que no es pecado.
YOU ARE READING
Lo que nunca pude decirte
PoetryAcá están. Todos los poemas que inspiraste en mí, pero que jamás viste. Tus ojos de mar siempre fueron mi mejor musa. Quizás yo fui muy cobarde como para mostrarte mis escritos, o en realidad quizás nunca te importé lo suficiente. Pero acá están...