XXVIII. La mentira

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Cada vez que sé
que es probable que te vea
pero
como ya es costumbre
al final no venís
no sé qué es más fuerte
si el alivio o la desilusión

tengo gente hermosa rodeándome
gente que sabría cómo cuidarme
que vendaría las heridas que vos dejaste sangrar
gente interesante, inteligente
gente que sería, en definitiva
buena para mí
pero te juro que todos ellos palidecen
ante el mero recuerdo de tu boca
y no puedo evitar las comparaciones
en las que de alguna forma siempre terminás ganando
y no puedo evitar notar más tu ausencia
porque es la única que me duele
y te aseguro que ya lo intenté
pero ningún tipo de alcohol
ni de droga
ni de persona
puede hacer que me olvide de ella

cada vez que sé
que no voy a ver tus ojos esa noche
una parte de mí muere
e inevitablemente recuerdo
cómo se sentía perderse en el mar
y a qué sabían tus besos
recuerdo tus caricias
y cómo siempre terminabas convenciéndome de todo
porque nunca supe cómo no rendirme
cómo no sacar bandera blanca
cuando me sonreías de esa forma

recuerdo tus manos calientes
y el olor que me dejabas en la ropa
ahora el único olor que siempre siento
es el del cigarrillo
y el único calor que obtengo
proviene de mi estufa
no me quejo, pero te juro
que nunca va a superar a tus besos
y a tus abrazos en mitad de la noche

pero mi otra parte se llena de alivio
porque si no me caigo en tus pupilas
porque si no aspiro de nuevo tu olor
porque si no vuelvo a poder tocarte
porque si no te tengo cerca mío
puedo seguir contándome
sin problema
y sin culpa
la mentira
de que ya te estoy olvidando

Lo que nunca pude decirteWhere stories live. Discover now