XLIV. El paraíso

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A veces
a mi mente se le da por volar
y aterriza en esa noche

vos sabés de qué noche te hablo

la gente dice que la primera vez se recuerda toda la vida
que la primera vez tiene que ser con alguien "especial"
en un lugar "especial"
en un momento "especial"
y que en definitiva toda la experiencia tiene que ser
obligatoriamente
indudablemente
"especial"

pero la gente es estúpida
Fede
vos sabés que lo es
también sabés que yo nunca
nunca creí realmente en esas cosas
ni siquiera en el concepto de virginidad
o en el concepto de perderla
o más bien en el concepto de que alguien me la "quitara"
como si fuera un valioso objeto que me pueden robar
y que por eso hay que proteger a toda costa
hasta que llegue "el indicado"
que claro
es aquel que va a poder brindarme una noche
de nuevo
"especial"

pero sí
supongo que la gente no se equivoca
en eso de que la primera vez no se olvida
y a pesar de que la nuestra
no fue precisamente "romántica"
ni acorde a los estereotipos sociales
(nos conocíamos de hace dos semanas
fue en un colchón en el piso de tu comedor
sonaba música de las pastillas del abuelo
y no hubo de esas cosas cursis
como pétalos de rosas en una cama
o velas aromáticas en toda la habitación
pero no nos hizo falta
esa es la mejor parte
que no nos importó)
sí que fue especial
al menos para mí

fue la primera vez
por ejemplo
que alguien me vio totalmente desnuda
y las mil y una inseguridades que tengo sobre mi cuerpo
no me pesaron en la espalda
no las sentí
sólo sentí tus manos
sólo sentí tus labios

también fue la primera vez
que me dejé llevar totalmente
en mi cabeza sólo quedaron los instintos
las sensaciones
la cordura se me fue en ese instante
en el que entendí que no teníamos por qué parar
que no íbamos a parar
que podíamos seguir
y seguir
y seguir
así que seguimos
así que sentimos

sentí el dolor
y el placer
entremezclados
formando sólo una sensación
en la que me perdí
y me abstraje

y quizás me hubiese gustado
que me hubieses explorado más
que me hubieses besado más centímetros de piel
pero la verdad no me quejo
como te dije

fue especial
y no
no me voy a olvidar de esa noche
de la complicidad
de la confianza
de los chistes de después

no me puedo olvidar de tu cuerpo
Fede
de tu cuerpo desnudo
y tengo una cruz invertida tatuada
lo sabés
pero
cuando te vi desnudo
en ese momento te juro que creí un poquito
en los ángeles
en los milagros
en el paraíso

a veces me gustaría evitar que mi mente
aterrice en esa noche cuando vuela
porque siempre junto con los recuerdos
llega el saber que no voy a volver a tenerte de esa forma
llega tu obvia ausencia
llega la certeza de extrañarte

pero esta vez no voy a decir cosas cursis
como que extraño tu sonrisa o tus ojos
(a pesar de que eso también es la pura
la cruda y pura verdad)

esta vez voy a decirte
que extraño nuestros cuerpos desnudos
nuestros cuerpos desnudos y juntos
colisionando de todas las formas
que se nos ocurrieron en esos momentos
jugando como cachorros salvajes
hambrientos de la piel del otro

esta vez voy a confesarte
que intenté tener más noches como esa
con otras personas
en otros momentos
en otros escenarios
pero que tu cuerpo sigue siendo el único
bajo el que quiero estar desnuda
y tus manos siguen siendo las únicas
que quiero tener en todas partes

esta vez voy a contarte
que también extraño escucharte gemir
escucharte soltar esos jadeos roncos y bajos que a veces
muy de vez en cuando y con suerte
me regalabas
(ojalá me hubieses dado más)
y escucharte soltar esa respiración agitada en mi oreja
(amaba sentirla
porque amaba saber lo que yo te generaba)
pero más extraño provocarte esa respiración
más extraño hacerte gemir

pero sobre todo
sobre todo extraño esos momentos
esos pequeños instantes
en los que entendía que no íbamos a parar
y no parábamos
y seguíamos
y sentíamos
y yo empezaba a creer un poquito
con toda la fuerza de mi ateísmo
en los ángeles
en los milagros
en el paraíso

en tu paraíso

Lo que nunca pude decirteWhere stories live. Discover now