Lo que nunca pude decirte

III. Ardo

Cómo podría contarte
que tus dedos dejan un camino eléctrico
ahí donde pasan
por mi cuerpo invernal

que dejan chispas de fuego, calientes
y me vuelvo hoguera
pero sólo porque vos sos
ese fósforo
ese encendedor

y me doy cuenta
la palabra escalofríos está tan errada
porque cuando estoy con vos
los tengo, claro que sí
pero nunca escalo fríos
escalo incendios
los que vos dejas en mi piel
y los que yo aprendí
a dejar en la tuya
sin quemarte
sin quemarme

cómo podría contarte
que me estoy olvidando de cómo era sentir frío
a pesar de que siempre
tuve las manos heladas
a pesar de que siempre
tuve un invierno adentro

cómo podría contarte
que me estoy olvidando de cómo eran mis árticos
que los estás reemplazando por volcanes
que estoy ardiendo
(que me estás haciendo arder)
y por fin estoy entendiendo
eso de que el que no juega con fuego, se muere de frío
y ya pasé mucho tiempo
soportando mis hipotermias

decís que no querés que fume
pero que no tengo que dejar de hacerlo por vos
sino por mí
y tenés razón
pero hace tiempo que me intoxico
con cosas mucho peores
y un poco de humo la verdad
es que ya no me asusta para nada
a veces hasta es bienvenido

pero vos estás reemplazando mis cigarrillos
con tus besos
ya no me hace falta ver el mundo
a través de ese humo
cuando puedo verlo
a través de tu fuego

y hay muchos tipos de fuego
pero sabés que no quiero
no quiero ser tu fuego de cigarrillo

no quiero intoxicarte
ni consumirme
después de un par de caladas

más bien quiero ser tu hoguera
en medio del más crudo invierno
el calor al que puedas aferrarte
cuando sientas que la oscuridad es demasiado densa
o el frío demasiado doloroso
porque el frío también
-cuando es mucho-
puede quemar

quiero ser ese fuego
que no es destrucción

es vida