XII. Las dos partes

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Estoy dividida en dos partes
pero siempre hay una más fuerte

una parte es gris
desde que me miraste
y tus ojos pronunciaron otro nombre
es la parte tormentosa
la parte invierno
la que me hace querer gritarte
hasta que la lluvia se vaya
pero no se va a ir
y creo que eso hace que la parte gris
esté tan enojada
no sé bien si con vos
o conmigo
con ambos
con ella misma

la otra parte
es del color de tus ojos
desde esa primera vez en la que me miraron
y pronunciaron mi nombre
o al menos eso escuché
o al menos eso quise escuchar
es la parte cálida
la parte verano
la que me hace querer besarte
abrazarte
acercarte más a mí
hasta el infinito
-y un poco más allá-
ida y vuelta

ahora dejame contarte algo
después de que pasó la tormenta
causada por tus palabras
-aunque en realidad seguía dentro mío
y no te mojó
porque no quise que te mojara
así que no lo supiste-
yo seguía media aturdida
intentando no llover
con todas mis fuerzas

y de repente te miré
te habías dormido
acurrucado en una sillas
los ojos cerrados
la respiración profunda
la invocación de la paz marítima
la evocación de la ternura infinita

yo tenía un huracán
apresándome los pulmones
un tsunami dispuesto a caerse
por mis pupilas
un terremoto dispuesto a voltearme
y no dejar que me levantara

pero te vi dormir

caí de rodillas
al suelo
-pero suavemente
para no despertarte-

la parte invierno la parte verano
el huracán el terremoto el tsunami
el dolor la herida la decepción
la rabia la impotencia el miedo
la mente el corazón el estómago
el enojo
el venenoso enojo

lo eclipsaste todo
y te acaricié

supongo que ya sabés
qué parte siempre gana

Lo que nunca pude decirteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant