Si me pidieras
que pare de fumar
y que vuelva a comer
con dureza en la voz
con enojo en los ojos
te respondería"pedímelo bien"
y si volvieras a repetir las órdenes
con dulzura en la voz
con ruego en los ojos
te responderíatirando mi atado de cigarrillos
comiéndote a vos con alegría
-pero claro
sólo si me lo permitís-
y después desayunaría de verdad
por primera vez en mucho tiempopero claro que eso es sólo
una triste fantasía de mi mente
ya no me mirás lo suficiente como para notar
que anoche no probé bocado
y en cuanto al cigarrillo dudo que te moleste
ahora que ya no besás mis labios
y no encontrás sabor a nicotina
ahora que ya no puedo acariciar tu cara
y tampoco sentís olor a nicotina en mis dedos
y aún si te molestara
lógicamente pensarías
que ya no sos nadie para pedirme que pare
que ya no sos nadie para ordenarme nadaen honor a la verdad voy a confesarte
que sos el único al que le obedecería esas órdenespero claro que eso es sólo
una triste confesión inútil
porque ya no te importo lo suficiente como para notar
que te sigo mirando con ojos sumisos
que seguís siendo mi ejeasí que me siento en mi ventana a fumar
para ignorar el hambre que tengo
mientras siguen resonando en mi mente
esas órdenes
que nunca
van a ser
pronunciadas
YOU ARE READING
Lo que nunca pude decirte
PoetryAcá están. Todos los poemas que inspiraste en mí, pero que jamás viste. Tus ojos de mar siempre fueron mi mejor musa. Quizás yo fui muy cobarde como para mostrarte mis escritos, o en realidad quizás nunca te importé lo suficiente. Pero acá están...