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—Quiero a los ganadores de esta parte —Scarlet nos posicionó para la foto—. Sonrían.

Una vez que la foto fue tomada empezamos a descender de la montaña todos juntos. Me alejé de todos a una distancia considerable, no quería estar muy cerca pero tampoco muy lejos no sería bueno perderme aquí. Miré cada rincón detenidamente y olí cada flor que se me presentó en el camino, a mi madre le gustaban los lirios. Yo personalmente nunca le encontré un aroma agradable a algo o hasta alguna flor. Y eso era lo que más deslumbraba de ella cada día más. Hasta en sus días malos. Ella era una mujer fuerte.

—¿Qué haces? —me susurraron en el oído y yo pegué un salto—, perdón —escuché su risa.

—Deberías estar con los demás —contesté enojada.

—Lo mismo digo Smith —sacó una hoja de un árbol y la empezó a romper en trocitos—. ¿Te puedo decir algo? —asentí—, yo... eeeh... Lidia y yo rompimos.

—¿Que? —lo miré y él subió y bajó los hombros, nunca podía haber creído que Noah y Lidia terminarán, siempre hacían lo mismo, terminar y volver, terminar y volver. Era un círculo vicioso.

—Ella fue la que terminó conmigo para ser justos, me dijo que yo era una persona ignorante e infiel —imitó la voz y las señas que Lidia le había hecho, sonreí.

—Bueno de aquí a unas horas volverán, así que no estes triste —le palmé el hombro y aumenté mi caminata.

—Créeme que no volveremos.

—No te creo Noah.

—Pues créelo —nos acercamos un poco más al grupo—. Ya no me atraía como antes.

—Eso no se notaba —frunció el ceño—, por la manera de como la mirabas o besabas... aparte estamos hablando de Lidia Brown.

—¿Nos observabas? —se puso en frente mío y detuvo mi paso.

—No... obvio no, pero no soy la única que piensa eso Noah, pregúntale a cualquier persona y te dirá lo mismo —el sonrió—, ¿Qué?

—Es lindo cuando te enojas por estupideces —rodé los ojos y lo corrí del camino para seguir caminando—. Ey espera —me tomó del brazo.

—¿Puedes dejarme de una vez? —me di vuelta y le saqué la mano.

—Te tengo un trato —me crucé de brazos—, pero tienes que aceptarlo.

—Idiota —susurré—. Dímelo —lo miré atenta.

—Prometo demostrarte que no soy tan idiota como parezco... pero, si tú te abres y no eres tan cerrada ni fría conmigo —hizo una pausa—, ni me tratas de alejar.

Ese momento fue determinante. ¿Yo abrirme? era más fácil llegar a la luna en un segundo que eso. El todavía seguía esperando una respuesta. Si yo le decía que no, posiblemente nuestra amistad fracasaría, pero si le decía que si tendría que ser más abierta en cuanto a temas personales y eso me costaba mucho. Tampoco quería ser la mejor amiga de Noah Centineo, en su trayectoria en la escuela, nunca le vi una amiga, nunca.

—¿Qué dices Smith? —me extendió el brazo, lo miré dudosa, Lidia se molestará mucho, será lo único positivo.

—Yo... mmm... esta bien —le estreché la mano y el sonrió. ¿Qué acababa de hacer?

—Genial después de usted madam —se inclinó en forma de reverencia.

—Pierdes puntos Noah —caminé hacia el grupo.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Where stories live. Discover now