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—¿Qué? —me separé de él. Sus ojos se encontraron con los míos y la sensación que sentía ahora era inexplicable.

—Lo que escuchaste Smith, ven al baile de graduación conmigo —entre cerré los ojos y lo examiné—, te quiero a ti y solo a ti.

Las mariposas afloraron dentro de mis entrañas, ahora las estúpidas comedias románticas tomaban forma dentro de mi cerebro. El me había elegido, Noah Centineo, el me había elegido.

—¿Pero? —me agarró de las muñecas y con su pulgar dibujos círculos imaginarios en mi piel.

—Desde siempre te eh querido... nunca fuiste invisible para mi, siempre eras la chica que aborrecía a los chicos y no sabes como me dolía que tu no me notaras a veces —tragué en seco—, pero en el campamento traté de conquistarte como lo haría con otra chica, pero tu no eres como las demás. Y creo que por eso me sentí aún más atraído.

—Noah, no será fácil cuando nos vallamos —me sentía tan culpable de romper algo que todavía no había empezado.

—Déjame llevarte al baile, déjame bailar contigo, déjame amarte —llevó mis manos a los costados de su cuellos y ahí las entrelacé.

—Esta bien —el sonrió y me abrazó. Me sentí tan viva y tan emocionada, tenía ganas de salir con el agarrados de la mano y bailar en la pista junto a nuestros amigos. Sentía que el fin pertenecía a alguien.

—Salgamos, tengo que hablar con alguien —me separé de él y deposité un beso en su mejilla.

—Nos vemos —contesté. Dejé un beso fugaz en sus labios y luego salí del baño.

~

Al cabo de media hora, Mel y yo estábamos meneando el cuerpo en la pista de baile. En verdad quería contarle lo de Noah y yo, pero más quería estar con él. Después de esa charla en el baño y su invitación, no lo vi más. Temía que Lidia lo había secuestrado y llevado a un lugar desierto.

Las canciones pasaban y yo sentía la transpiración en mis muslos y axilas. Mi garganta estaba seca por cantar cada frase de la música y lo único que pedía era agua.

—Iré a tomar algo —le dije a Mel en el odio y ella asintió.

Me fui hacia la barra y le pedí al moso una botella. Cuando la tuve en mis manos giré mi cuerpo y caminé hacia el patio, el calor era agobiante y mi piel pedía a gritos aire fresco.

—¿Qué tal Emma? —me tensé al escuchar esa voz en mi oído—. Tanto tiempo.

—Lárgate —contesté—, lárgate o gritaré.

—La mitad de las personas están borrachas y la otra mitad están adentros con la música demasiado fuerte —Jacob me tocó el brazo y yo me safé— ¿Que hay entre Centineo y tu?

—Vete —dije furiosa, quería sonar intimidante. Y aunque así fue, eso no cambiaba el hecho de que por dentro me moría de miedo— ¿Eres odiota o que? Vete Mars.

—Vamos admite que no fue tan malo lo qué pasó, Steve no pudo venir por el semejante golpe que le proporcionó Noah —se tocó la mandíbula—, pero aquí estoy yo, para seguír la fiesta en la fiesta.

—Me llegas a tocar un pelo y te juro que te dejare infértil tarado —soltó una carcajada a lo que yo me quedé seria.

—Emma, Emma, Emma —giró alrededor de mí hasta que se detuvo en mi espalda y corrió un mechón de pelo para susurrar a mi odio—, unos minutos más y estarás gritando mi nombre.

—Asqueroso —le di un codazo y el se alejó. Pero no fu suficientemente fuerte para que se retorciera de dolor.

—¿Qué te sucede? —me tomó los dos brazos y los agarro con fuerza haciendo que me retorciera de dolor. Mi corazón se aceleró y mi frente comenzó a sudar en frío.

—¡Suéltame jodido imbesil! —grité. Mi mirada buscaba con desesperación alguien que me ayudara pero en el patio solo había gente borracha o casi desmayada en el suelo. En mi mente empezaron a a pasar los peores pensamientos.

—Tendrás que buscar otro plan de escape —me obligó a retroceder y nos perdimos detrás de unos árboles y arbustos, los cuales no nos llegaban a tapar del todo.

—¡Idiota si me llegas a tocar te mataré! —patalee y el me empujó haciendo que cayera al suelo y mi falda se levantara. Cerré mis piernas y el me miró con lujuria.

—Me dices eso y después haces esto —se arrodilló y cuando se empezó a acercar, mi pie fue directo a su cara haciendo que retrocediera del dolor.

—¡Violador! —me levanté del suelo y le pisé una mano lo más fuerte que pude.

—¡¿Emma qué haces aquí?! —me di vuelta y mire a Mel, mi corazón latía a mil y sentía que en cualquier momento iba a desmayarme— ¡¿Que pasó con tu falda?!

—¿Emma? —miré a Thomas y él me miró de arriba a abajo.

—Intento... —apunté a Jacob. No me había dado cuenta de la situación hasta que todo pasó, las dos personas delante de mi exigían una respuesta—, violarme —me lancé hasta Mel la abrasé.

—¡Depravado sexual! —Thomas nos corrió del camino y agarró a Jacob por la remera levantándolo del suelo.

—Oye amigo cálmate, solo nos divertíamos —contestó Mars con sangre en la nariz. Tenía una gran rajadura en su cachete, una gran marca que le había deja mi tacón.

—¡Idiota! —me bajé la falda y me acerqué a él.

—Cállate imbesil —Thomas llevó su puño a la cara de Jacob y el se tocó el labio.

—No debiste hacer eso amigo —contestó y se lanzó sobre el, cayendo los dos a los arbustos y retorciendose a golpes.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Where stories live. Discover now