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Salí de la tienda con una bolsa más, el libro me había gustado y decidí llevármelo. Caminé por los locales, hasta que pasé por el lado de una cafetería, había un gran ventanal donde se podía ver el interior, las mesas estaban apoyadas contra el vidrio, todas estaban ocupadas, pero una en particular llamó mi atención.

Noah tenía en la mesa una taza y un plato donde había tocino, dos huevos y dos tostadas. El no notó mi presencia porque estaba con su celular.

Tenía que pedirle perdón ya van dos veces en el día que lo hago, eso no es sano, pero creo que esta vez si se lo merece.

Entré a la tienda, y de nuevo se escuchó la campana, me acerqué a la mesa de Noah y me senté en frente de él. El levantó la vista me miró pero luego la bajó y siguió mirando su celular.

Ese acto, ese simple acto me destrozó un poquito más. Las ganas de llorar volvieron y lo único que quería hacer era romper algo.

—Noah estoy aquí —apoyé mis manos en la mesa.

—Ya lo noté —contestó.

—Perdón por cómo te trate allí afuera —miré hacia la ventana.

—¿Porque lo haces? —bajé la vista—, no puedes simplemente enojarte con las personas solo porque tuviste un mal día.

—Ya se y por eso lo lamento.

—¿Me dirás porque estás enojada? —guardó su celular.

—Es... es por Lidia —respondí—, solo ella sabe como ponerme de muy mal humor.

—Ya veo —asintió.

—¿Que te pediste? —intente desviar la conversación y agarré un poco de tocino que había en su plato.

—Café con leche y oye eso es mío —me dijo.

—Tarde Centineo —me lo llevé a la boca y lo comí.

El sacó su celular y me apunto con la cámara.

—Oye ¿que haces? —me tapé el rostro.

—No seas tímida Smith —dijo—, modela para mi —rodé los ojos y me posicione para la foto—. Perfecta —se disparó el flash.

—No hacía falta el flash —achiné los ojos.

—Lo siento —dijo riendo.

—Mi turno —saqué mi celular de mi bolsillo y puse la cámara—. Muéstrame lo que tienes para mi —el subió la pierna a la silla y se llevó la taza a la boca.

Apreté el botón de la cámara y tomé la foto, sonreí inconscientemente al mirarla.

—Soy hermoso.

—Acabas de arruinar el momento —dije.

—Bueno Emma Smith, hace dos días que estamos juntos en este campamento y yo como desgraciadamente soy tu compañero de todo, quiero saber más de ti —sonreí.

—No se que quieres que te diga —me sentí algo nerviosa.

—Lo que quieras, tal vez ¿que música te gusta? ¿cual es tu cantante favorito? ¿qué haces los fines de semana? ¿haces algún deporte? —hizo todas esas preguntas en menos de un segundo.

— Emmm bueno... me gusta cualquier tipo de música menos el rock, no tengo un cantante favorito pero si me gusto en su momento One Direction —levantó una ceja—, la mejor banda de la década —contesté desafiante—. Hace unos meses hice Kick Boxin —su expresión se transformó, ¿Emma Smith? ¿Kick Boxing?—. Los fines de semana nunca hago nada, veo películas o juego con mi padre mi vida no es interesante —literalmente mi vida no es interesante, con la única persona que hago cosas es con Mel. Se ir a fiestas, o a bailes escolares, pero la mayoría del tiempo la paso en casa. Y con los exámenes finales, mi vida social pasará de de 10% a -10%.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora