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Seguí moviendo el agua, esperando que halla un tornado y me absorbiera por completo y así poder desaparecer de esta maldita historia a la que llamamos vida.

Escuche voces detrás mío me di vuelta y todos salían de las cabañas y caminaban hacia la cocina, saqué los pies del agua y me pusé mis crocs, caminé hacia la cafetería y al llegar a la entrada estaba Noah, él al verme sonrió pero yo entré a la cafetería sin siquiera mirarlo.

Me dirigí hacia donde estaban las bandejas y tomé una, él se puso al lado mío a esperar la fila.

—¿Donde fuiste? —no respondí—, salí de la ducha y no estabas —saqué un agua y una hamburguesa— ¿Me oyes no? —agarré unas papas fritas y me senté con Mel.

—Que carucha —abrí la hamburguesa y le di un buen mordisco— ¿Esta todo bien? —me costo tragar, sentía un nudo en la garganta.

—Noah no rompió con Lidia —Mel abrió la boca y los ojos.

—¿Como sabes eso? —comí de mis papas.

—Noah fue a darse una ducha y dejó su teléfono en la cama, le empezaron a llegar muchos mensajes y sentí curiosidad. Todos eran de Lidia —miré como él se sentó con sus amigos—, preguntando si esta noche se iban a ver o si yo me había creído todo.

—No puede ser —mordí mi hamburguesa—, tal vez ella lo hizo apropósito, sabes como es Lidia.

—Se como es ella y se como es Noah —contesté.

—El no era así —parecía que Mel había visto un fantasma, me llamaba la atención su gran asombro hacia un suceso que era algo habitual. Noah y Lidia siempre volvían.

—No, no lo era pero ya cambio y ahora es un completo idiota y... ¿Sabes que es lo peor? yo le conté cosas mías privadas y él escuchaba y me "aconsejaba" pero todo fue una mentira y yo como idiota me lo creí todo —tiré la hamburguesa a la bandeja y me apoyé contra la silla.

—Seguro es un mal entendido —negué.

—Un mal entendido fue venir aquí, desde que llegue la pasó mal y todo para complacer a mi padre —estaba muy enojada—. Todo esto me enoja.

—No te enoja, te pone mal y creo... creo que te duele lo que Noah hizo —ella tenía razón no me enojaba me dolía que él jugara así.

—Ya se me pasará —tomé una papa y la comí—Solo tengo que esperar unos días y seran vacaciones, no veré al idiota de Noah en todo el verano —Mel no contestó—. Este campamento terminará en 3 días.

Todos se empezaron a levantar de las mesas pues ya nos teníamos que ir a dormir. Me paré y salí de la cafetería el aire frío de la noche me envolvió el cuerpo y reaccioné ante un escalofrío.

—¿Quieres venir a mi cabaña? seguro a Mike no le molesta— miré a Mel.

—No, está bien, estoy agotada seguro me dormiré rápido solo evitaré a Noah y esto terminará rápido —ella asintió.

Caminé hacia la cabaña y abrí la puerta, tomé mi pillama y me metí al baño. Me lavé los dientes y me puse el pillama. Al agacharme para lavarme la cadena de mi madre sobresalió de mi pecho y se hizo notar ante el espejo. Una lágrima recorrió mi mejilla y callo a mi boca, la segunda y la tercera hicieron lo mismo. Me sentía tan inútil y tan vulnerable en estos momentos odiaba esto y odiaba sentirme así. No con el, del otro lado de la puerta.

¿Porqué ahora? ¿porque sentía esto? como si alguien me oprimiera el pecho y no pudiera respirar. Necesitaba un abrazo de mi madre pero ya no se encontraba para dármelo.
Me limpié la cara con la toalla y salí del baño, no dije nada y me metí a la cama, Noah entró al baño y salió a los cinco minutos.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Where stories live. Discover now