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—¡Nos graduamos perras! —Mel grita al aire y todos aplauden.

La audiencia es un torbellino, todos estamos llenos de emociones, que no podemos explicar en una oración.

—Eres igual a tu madre —me detengo en seco y miró hacia delante. Doy un rápido giro y veo a mi padre, su expresión es de cansancio y lleva puesto un traje que se ve incómodo a kilómetros.

—Papá —me lanzo encima de él y lo abrazó lo más fuerte que puedo. El tsunami de emociones me vuelve a atropellar y esta vez viene con más lagrimas que nunca—, pensé que no me verías.

—Bromeas, mi hermosa hija se gradúa y no me lo iba a perder por nada en el mundo —me separo de él y le regaló una sonrisa— ¿Me dejas tomarte una foto? —asiento feliz y me posiciono para el flash que no tarda en salir de su cámara.

—Emma una foto —Noah llega a mi lado y luego de 2 segundos se percata de la presencia de mi padre—. Oh... eeeh hola, soy Noah.

—Un gusto, soy el padre del pequeño desastre este —me cruzó de brazos y los miró estrechar las manos.

—Nos saquemos la foto —mi padre agarra el celular de Centineo y apunta la cámara hacia nosotros. Yo levanto una pierna y el birrete y Noah solo sonrío.

La tarde pasó demasiado rápido. Estuvimos en al aire libre donde había unas mesas con aperitivos y bebidas. Los estudiantes estaban con sus familiares y amigos más cercanos. Por mi parte, pase la mayor parte de tiempo con Noah, de quien mi padre empezó a sospechar y no tarde en realizar algunas preguntas sobre el.

—¿Desde cuando están saliendo? —miré la comida sobre la mesa.

—Eh... bueno, no hace mucho, 4 días o algo así —mi padre asintió desinteresado.

—Antes de venir aquí, pase por casa para dejar el equipaje —sonrió—, en el buzón habían tres cartas —me quedé helada—, a nombre tuyo.

—No puede ser —abrasé a mi padre—, son las universidades papá.

—Lo sé cariño —besó mi cabeza—, y ahora que sabrán que estas graduada con honores, seguro te dan una habitación.

Todo se había alineado, al fin sentí que no debía preocuparme por nada ni por nadie. Solo de mi, estaría en una universidad y podría concentrarme en mi carrera. En una nueva vida.

—Smith —miré a Noah y lo abrasé— ¿Me extrañaste?

—Noah, es extraño —frunce el ceño—, estoy feliz —lo relaja—, muy feliz nunca lo había estado.

—Eeeh... —no sabía que decir—. Yo, yo no sabía que podía encontrarte y a la vez perderte.

—¿Que?

—Escuché algo sobre las cartas que llegaron —sonreí, pero él seguía serio con su mirada dura, nunca lo había visto así—. Smith, ven.

Caminamos alrededor del campus y entramos a a la escuela, esta estaba vacía, me agarró una nostalgia al saber que nunca volvería a recorrer estos pasillos como estudiante.

—¿Que sucede Noah? —el se detuvo y se pasó las manos por el cabello.

—Por años, por años y años. Te eh visto por estos pasillos —los señaló—, con tus libros y tu mirada seria. Te eh visto el cabello en la clase química, literatura, matemática, historia —suspiró—,y en muchas clases. Cuando levantabas la mano y respondías algo correctamente. Te eh visto junto a Mel en la cafetería, en el campus, en educación física. Te eh visto llegando a tu casillero y dando un suspiro, porque Dios sabe qué día duro habías tenido.

—Yo —me interrumpió.

—Te eh visto Emma, más de lo que debería. Y esperé, esperé y esperé. Ah que tu me vieras —se me calló el corazón en mil pedazos—. El campamento fue el lugar perfecto, en donde te pude ver de otra manera. Traté de hacer las cosas estúpidas que le gustan a otras chicas, pero tu no te soltabas. Y no podía creer que de tantas veces que te había visto, no sabía nada sobre ti. Pues no eres la misma que camina en estos pasillos —sentí mis ojos aguarse, sabía que lo que diría me haría mierda—. Te tengo, ahora se lo que es estar enamorado, porque Emma Smith, tu eres la única chica que me ah gustado y me gusta de verdad... pero de tantos años que te observé, de tantas oportunidades que dejé pasar, tu solo te ibas escapando.

—Noah no se de que hablas, estoy aquí —llevé mi palma a su mejilla y el cerró los ojos por el tacto, y pude ver una lágrima resbalar. Mierda Noah.

—Esperé demasiado, y ahora es tarde Smith —besó mi palma—, estudiaremos en universidades diferentes, conocerás a nuevas personas. Dios ¿quien se quedaría en Nevada, habiéndose graduado con honores? — sonreí y las lágrimas empezaron a salir—. Emma tu me hiciste sentir en 2 semanas lo que nadie me hizo sentir en la vida. Y no puedo aferrarme a ti para siempre, solo somos dos adolescentes que recién están empezando a saber lo que es amar y no te arrastraré conmigo.

—Noah, no se que decir —el sonrío de lado—. Me cerré a todo tipo de relación, luego de que mi madre muriera, la vida no tenia tanto sentido. Pensé que la mejor manera de escapar sería estudiando y entrando a una buena universidad —sonreí—, pero... no era así.

—No te culpes —me agarró el mentón y me obligó a mirarlo—. Te amo Emma Smith —me acerqué a él y lo besé. Lo besé como nunca había besado a nadie en mi vida, lo besé por esas veces en que no lo noté, por las veces en que no lo miré, por las veces que me cegué a lo que era el hombre de mi vida. Lo besé con el amor y la pasión que había estado guardando durante años. Porque yo sabía, yo sabía que la distancia que íbamos a tener nos mataría y sabía que se olvidaría de mi.

Y poco a poco, ese beso se hacia más lejano. Pues ya pasaba, la distancia no era física pero si sentimental y la cosa era que yo, ya tenía que ir olvidando el sabor de sus labios, el calor de su cuerpo y la calidez de su sonrisa.

Iba a tener que olvidar a Noah, y no había peor cosa que olvidar a una persona que tenías al frente tuyo.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Where stories live. Discover now