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Me miré al espejo, y corroboré que todo estuviera en orden. Mi atuendo consistía, en un short de jeans celeste y una musculosa algo escotada, que llegaba un poco antes de que empezara el short. Llevaba unas convers rosas y solo me faltaba algo de perfume.

Me di vuelta para buscar un poco, y me detuve al ver el lío que había armado por solo buscar que ponerme, la mayoría de mi ropa estaba encima de cama y parecía que mi bañera se había rebalsado, había agua por todo el baño.
Me coloqué una colonia, por todo mi cuerpo y principalmente cuello luego me acerqué a la cama y empecé a tomar las remeras para devolverlas a su lugar, tomé cada percha esparcida en el suelo y la coloqué en mi closet, hasta que una bocina llego a mis oídos. Me asomé por la ventana y un Jeep se encontraba aparcado en la entrada.

Miré la blusa que estaba tratando de colgar en la percha y la tire de nuevo a la cama, cerré la puerta del baño y me di una última mirada al espejo, solo para ver que todo estuviera en orden. Cogí mi teléfono y bajé las escaleras, al abrir la puerta Noah se bajó del Jeep y se acercó a mi.

—Nunca había visto a esta Emma —sonreí, nunca me había vestido para una cita.

—No me conoces lo suficiente —creo que ni yo me conozco lo suficiente.

—Entonces ¿me dejarás conocerte? —se acercó más a mi, pude sentir su respiración chocar contra mi rostro

—Si —contesté y el depósito un dulce beso que duró unos 10 segundos— ¿Dónde iremos?

—No lo sé —me subí a su auto y él arrancó.

—Tengo que hablarte sobre algo —tragué en seco.

—Aquí vamos —susurré.

—Esto que tenemos —¿Tenemos algo? claro que lo tenemos— , no lo puede saber nadie, los rumores no tardarían en llegar a Lidia y no quiero que tú ni tu padre tengan problemas... menos tu.

—Saldremos a escondidas —afirmé.

—Será divertido, pero creo que la parte más difícil es que tendré que estar con Lidia —lo miré.

—No quiero ser la sucia amante —comenté.

—¿Qué? no, claro que no. Pero si termino con ella pensará que es por ti, lo cual es verdad. Y se desquitará a lo Lidia —asentí— , tu... tú también debes pretender que sales con otra persona.

—JA, no lo creo. Soy Emma Smith nunca tuve novio, no tenerlo sería algo normal en mi —dije y el sonrió.

—Bueno puedes cambiar tu estado civil —su mano derecha se posó en mi pierna izquierda haciendo que todos mis sentidos se activaran.

—Si bueno —contesté nerviosa— ¿Tendrá que ser así siempre? los dos escondiéndonos de todos —negó.

—Cuando terminemos la preparatoria seremos libres, Lidia se irá del país. Quedo en una universidad en Francia —levanté una ceja.

—Wow —contesté, no solo se iría del país, se iría del continente—. Okey Noah si no me dices donde vamos gritaré que me secuestraste.

—Vamos al lago Blake —dijo sonriendo.

—¿Qué haremos en un lago? —miré mi atuendo, debí ponerme unos jens.

—Hay botes, y paseos y cascadas, y es domingo Emma —tenia razón.

—Valla primera cita —susurré y miré mi celular, eso haría por el resto de la cita, esperar el mensaje de mi padre enfadado preguntándome donde estoy—. No hay cascadas en los lagos.

—Faltan 5 minutos —miré el cartel a mi derecha que indicaba el sitio a donde nos dirigíamos Lago Blake.

En un abrir y cerrar de ojos Noah estacionó y bajamos del auto, miré a mi alrededor no había nadie, absolutamente nadie.

—Domingo —dijo Noah al ver mi expresión—.Vamos— se acercó a una casilla donde se encontraba un hombre, caucásico de unos 40 con la barba descuidada y con la peor energía del mundo—. Hola —Noah le sonrió y pero el hombre solo limitó a verlo de arriba a abajo.

—Las canoas están al fondo —se acercó más a Noah—, tengan cuidado con la cascada.

—Gracias —contesté rápido y agarré a Noah de la mano.

Una vez que nos alejamos lo suficiente para que el sujeto raro no nos escuchara él habló.

—Esta loco —asentí, seguimos caminando entre las rocas hasta que 10 canoas alineadas una al lado de la otra y en perfecto estado se hicieron presentes frente a nuestros ojos—. Esto será divertido —agarró una roja y se subió en ella, al llegar a la orilla del lago se impulsó con el remo y empezó a avanzar— ¿Qué esperas?

—Nada —miré las restantes 9 canoas y elegí una negra, me acerqué a la orilla con el remo en mano y subí en ella— ¿No crees que halla una cascada cierto?

—Es un lago, solo lo dijo para espantarnos— me impulsé con el remo y empecé a acercarme a Noah—. Eres lenta Smith —fruncí el ceño y la canoa avanzó hasta la altura de Noah.

—No tan lenta —le pegué con el remo y el salpicó agua. Miré como reía, y una corriente eléctrica pasó por mi cuerpo. La pregunta que esperaba invadió mi cabeza haciendo que mis brazos se relajaran y dejaran de remar— ¿Estás bien? —Noah paró y me miró— ¿Porqué te gusto? —levantó una ceja—. Digo, es obvio que no soy Lidia.

—No, eso ya lo sé, pero no se porque preguntas eso —se acercó a mi canoa.

—Porque es obvio que no soy como Lidia —rodó los ojos y eso causó un poco de gracia en mi.

—¿Piensas que al no ser como Lidia no me gustarás? —asentí—. Bueno... me gustas porque eres tú, solo tu —sonreí.

—Y eso es bueno —asintió y se acercó más a mi, su canoa se balanceó, pero el solo se seguía acercando a mi rostro. Hasta que llegó a él y plantó un cálido beso en mis labios, me dejé llevar y solté el remo, colocando una mano en su cabello. Esto se sentía bien.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora