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Dejé mis llaves en la mesita que se encontraba en la puerta principal. Y después caminé hacia la cocina, saqué de una gaveta unas frituras y las empecé a devorar.

Tenía hambre, estaba estresada y nerviosa. Todo al mismo tiempo, no paraba de mirar el reloj esperando a Thomas, solo quería que todo esto terminara de una vez por todas.

Corrí a mi habitación y me cambié de ropa, luego me até el pelo en un rodete y volví a bajar. Me senté en la mesa y saqué los libros, solo quedaban tres páginas para terminar de estudiar biología, y luego, toda mi atención se centraría en matemática.

Pasaron unos 40 minutos, cuando el timbre sonó. Apreté mis ojos y tiré la bolsa de frituras al basurero. Creo que había estado rezando para que Thomas no se acordara de mi dirección.

Caminé hacia la puerta y  la abrí, el estaba del otro lado con una gran sonrisa. Tenía la mochila a medio colgar sobre su hombro derecho, unos jens y una camiseta, acompañados de una sudadera bordo.

—Hola —sonreí.

—Pasa —me corrí de la puerta y el se adentró.

—Bueno, dime que te están enseñando —cerré la puerta de la entrada y los dos nos dirigimos a la mesa.

Le enseñe mis hojas a Thomas, el saco de su mochila una laptop y empezó a teclear. La dio vuelta poniéndola enfrente de mí y empenzó a explicarme los significados de cada símbolo.
Entendí la mayor parte, aunque mi cabeza solo pensaba en Noah, Noah, Noah Centineo. Sal de mi cabeza.

El video, como mierda haría para recuperar el video. No dejaría que Lidia, se quedara con mi dignidad y menos con mi chico. Lo dije, Noah es mi chico, y me pone hasta a la vena que Lidia pueda estar con el enfrente de todos y yo solo lo pueda tener de a ratos. Pero ya pasaron los años y su tiempo de reinado va a acabar, ese video va a desaparecer de sus manos. No se como, pero va a desaparecer.

—¿Entendiste? —miré a Thomas, ¿que entendí?

—Eeeh si, si —tomé mi lápiz y mis hojas.

—Resuelve el ejercicio y después veremos si está correcto —lo dijo con tanta autoridad que sonreí inconscientemente, bajó su mirada a mis labios y mi sonrisa se hizo más grande— ¿Qué?

—No, nada —me aclaré la garganta y llevé toda mi atención a los ejercicios.

Moví mi lápiz, y suspiré. No podía ser tan difícil, solo son números y yo los controlo. Tengo que saber que poner en cada renglón sino, tendré que repetir examen y me atrasaré en todo. Adiós beca, adiós medicina, adiós futuro.

—¿Terminaste? —miré a Thomas.

—Eeeh —había hecho sólo un ejercicio—. No, solo... creo que tendrás que tenerme algo de paciencia.

—Con gusto —sonrió y yo también, no había notado sus lunares en su rostro, parecía que estaban ubicados a la perfección.

Seguí concentrada en los ejercicios, me trababa en algunos pero Thomas me ayudaba. Es un gran tutor y un experto en matemáticas, la primera vez que lo vi no hubiera pensado que era así de inteligente.

—Listo —contesté y solté el lápiz.

—Oye muy bien —miró los ejercicios— ¿Entendiste todo? —asentí satisfecha, sentía que me había quitado un gran peso de encima.

—Gracias enserio, no se que hubiera hecho sin ti.

—De nada, me gusta ayudar —me regaló una cálida sonrisa—. Harás unos cuantos más y luego serás libre.

~

—Entonces, si tienes alguna duda solo llámame —me dijo Thomas.

—Claro lo haré —le contesté, el se acercó a mi y sentí su respiración en mis labios, tragué en seco y luego depósito un beso en mi mejilla derecha.

—Nos vemos esta noche —me guiñó el ojo, yo apreté mis labios y moví mis manos en forma de saludo.

Cerré la puerta de la entrada y di un largo suspiro cerrando los ojos y negando con una leve sonrisa

Ahora tocaba lo peor, la fiesta ¿porqué iba? Me podría quedar en casa viendo una serie o tal vez durmiendo, no quiero ver a Lidia ni en figurita. No quiero estar pensando en que cualquier momento mi video puede estar en las redes y mi futuro puede acabar en la basura.

Acomodé la mesa del comedor, y guardé todas las hojas en mi mochila. Lo positivo de mañana era que solo tendríamos que ir a la preparatoria para que nos tomen los exámenes y luego de eso irnos. Al otro día veríamos los resultados.

Creo que esto de estar con Noah me había tenido distraída un poco, me había olvidado de la universidad y los exámenes. Algo que juré ignorar se había convertido en algo que me era imposible olvidar.

Mi teléfono sonó en toda la casa, lo busqué en entre mis hojas pero no lo encontraba hasta que vi que estaba en la isla de la cocina.

—Hola —lo puse en mi oreja derecha.

—¡¿Porque no me dijiste que cambiaste de teléfono!? —gritó Mel de la otra línea.

—Lo siento, pensé que te lo había dicho —me senté en la isla—, hoy no tuve un día muy bueno.

—Lo sé —suspiró—, pero esta noche hay fiesta, ¿le preguntaste a tu padre? —no se encontraba para regañarme así que no habría problema.

—No, pero no está en casa y no volverá—
dije mirando mis pies algo apenada.

—En 10 estaré allí, dúchate así nos preparamos— sonreí y asentí como si ella pudiera verme.

—Esta bien, ¿como conseguiste mi numero— pregunté.

—Le marqué a tu padre, menos mal que no le dije lo de la fiesta —contestó.

—Adiós Melanie —dije.

Adiosito.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora