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La noche había pasado tan rápido, que ya estaba a punto de amanecer. Mi reloj marcaba las 5:39 a.m. Estaba sentada en el capo de mi auto abrazada a mi misma, mientras esperaba a Mel. Vaya noche de mierda. Me toqué el labio y sentí una sensación de ardor que provocó una mueca en mi.

La gente ya se había empezado a largar a su casa, mientras que algunos seguían hablando y bebiendo en el patio trasero. Fijé la vista otra vez en mi reloj y luego miré hacia al frente.

—Estupenda noche —me sobresalté y miré a mi costado derecho.

—Te ves fatal —contesté y Thomas sonrió.

Tenía el labio partido en muchos puntos, y los moretones estaban empezando a surgir por su rostro. Aunque seguía siendo apuesto.

—Los dos tuvimos unos cuantos golpes —negué sonriendo y suspiré—. Así que Noah y tú.

—Ni hables —me crucé de brazos.

—Creo que tiró mis esperanzas al piso —fruncí el ceño—, creí que eras un pase libre.

—Lo era hasta que volvimos de la casa de Lidia —comenté.

—Ya son novios —negué y el sonrió—, entonces algo libre eres, querida Smith.

—Okey vamos —escuché los tacones de Mel a un costado del carro.

—Nos vemos Thomas —el sonrió de lado y asintió.

Me monté en mi auto y me coloqué el cinturón. Mel se subió en el asiento del copiloto. Y yo arranqué, los primeros tramos del camino fueron silenciosos. Ella todavía no había dicho nada de lo que escuchó allí afuera. Me sentía fatal de no haberle dicho nada, pero eso acordamos con Noah. ¿Dios donde se había metido? Después de la pelea simplemente desapareció.

—Tengo hambre —dije para romper el hielo— ¿Quieres ir a caffe and sea?

—Vamos allí —dijo desganada y soltando un suspiro.

Cuando llegamos a la cafetería las dos bajamos y entramos. Nos sentamos en una de las mesas del medio y esperamos a ser atendidas.

—¿Porqué no me dijiste? —miré a Mel.

—Lo siento, ni siquiera fue una semana —acomodé mi cabello.

—Te hubiera aconsejado, yo te cuento todo Emma —se cruzó de brazos y se apoyó en él respaldar de su silla—, todo.

—Me siento mal por eso y por todo —agaché la cabeza y sentí que Mel suspiró.

—Tuviste una mala noche y por que yo te obligue a ir a esa estúpida fiesta —negué con la cabeza.

—No es tu culpa, creo que me gusto haberle dado una paliza a Lidia, aunque solo duro unos segundos —las dos reímos.

—Pues me gusta saber que al menos Noah dejó a esa perra —dijo tocando su celular y dándole vuelta en la mesa.

—No se donde se largó después de eso —mordí mi lengua.

—Seguro tenía algo para hacer —rodé los ojos.

En la conversación que tuvimos con Melanie se abrió la posibilidad de que yo sacase una denuncia en contra de Jacob y Steve. Pero la descarte, no quería alertar a mi padre y no quería retrasarme en un juicio y no llegar a la universidad a tiempo. Había sido una de las peores experiencias que viví, no era un tema que me tomaría a la ligera, pero no dejaría que me comiera la cabeza. Iba a ser mi sombra, por muchos años, pero no iba a ser mi oscuridad.

—¿Dónde anduvieron ustedes dos? —Margaret dejó nuestro gran desayuno sobre la mesa. Dos cafe bien cargados, tostadas sin gluten, panqueques y mermelada.

—Una fiesta Marg —contestó Mel y ella le regaló una cálida sonrisa.

—Disfruten —las dos sonreímos y vimos a la mujer de unos 50 años alejarse de nosotras.

—Ya recibiste alguna respuesta de las universidades —negué tomando de mi café.

—Lo haré el viernes —había mandado 5 solicitudes, Nueva York, Londres, Nevada, Canadá y Alemania

La universidad de Nueva York, quedaba demasiado lejos de Nevada. Cada Estado está en cada punta del país. Y es una de las universidad más difícil a la cual alguien puede entrar. Londres era aún más complicado, Nevada era una muy buena opción pero solo mandé la solicitud para callar a mi padre. Canadá era hermoso y Alemania era algo común y práctico. Pero ya se, si me aceptan en Nueva York, estaré en el edificio del frente de donde está Mel. Ella había sido aceptado con una entrevista ya que la especialidad de criminología requería algo más que una simple carta.

—Mamá y yo fuimos a comprar mi vestido —sonreí—. Es hermoso, no te dire como es.

—Será sorpresa —digo algo seca, no había comprado el vestido. Buscaría en línea.

~

Luego del fantástico y esperado desayuno, dejé a Mel en su casa y luego partí a mi hogar. Cuando llegué corroboré que no tenía correo y así era. Dios, no me había dado cuenta de que hoy se define mi futuro. Los últimos tres exámenes, por primera vez me siento lista para enfrentarme al día.

Entré a mi habitación y dejé mi celular cargando, me metí a la ducha y abrí el grifo del agua fría. Tenía que estar despierta lo suficiente como para repasar las páginas de las tres materias.

Cuando salí lo suficientemente fresca, coloqué una pomada en mi rostro para achicar los pequeños rasguños y moretones que estaban empezando a salir. Me desenrede el cabello y me cambié con unos jens azul oscuro, una remera manga corta y una campera color pastel. Dejé que mi cabello se secara al natural y tomé una pastilla para dolor de cabeza, no dormir me afectaría.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora