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Mike se estacionó en el estacionamiento de la preparatoria, se podía ver desde afuera las luces brillando y la gente no paraba de entrar. Eso me sorprendía ya que se suponía que sería el baile de primavera pero solo vendrían los que asistieron al campamento, aunque la gente que entraba y entraba no era de nuestro colegio.

— ¿Porque tanta gente?— pregunté.

— La escuela invitó a las preparatorias vecinas...pero el baile de graduación será aún mejor— contestó Mike.

Abrí la puerta del auto y salí de él, me acomodé el vestido y vi como Mel y Mike se agarraban de las manos dispuestos a entrar al baile.

— ¿Vienes?— preguntó Mel.

— Iré detrás de ustedes.

— No te preocupes por Lidia— Mel miró a Mike y el asintió— Ella tendrá lo que se merece, y mucho, mucho más.

— Mel ¿Que harás?...no puedo acercarme a Lidia y mucho menos hacerle algo— ella sonrió.

— Tu...nosotros no haremos nada— me calmé un poco— Solo espera y ya verás.

— Entren al baile— ordené y ellos asintieron.

Tuve que esperar a que estuvieran muy lejos para darle vuelta al coche y apoyarme en el capo. Sentía la extraña sensación de salir corriendo y mis manos no dejaban de sudar.
Un auto negro se estacionó a mi izquierda y podía reconocer esa patente, en ese instante me dije a mi misma corre, pero tomé valor y me levanté del capó.

Lidia abrió la puerta del copiloto y bajo, acomodándose el gran vestido. Su mirada se encontró con la mía y lo único que hizo fue rodar los ojos.

Mi respiración se cortó cuando la puerta del piloto se abrió y ahí bajo el, con un traje color negro y una corbata que combinaba con su camisa color blanca. Se acercó a Lidia y le ofreció su brazo, ella sonrió y lo tomó.

Bajé la mirada y caminé hacia la entrada del gimnasio, cuando abrí la puerta la música estalló en mis oídos y la gente bailando en mis ojos. Me dirigí hacia la mesa de aperitivos y serví ponche en un vaso color rojo.

— No te reconocí en la entrada— apreté el vaso y este casi se rompe— Dios, estas hermosa.

— Que parte del "Estas muerto para mi" no entendiste— lo mire, hizo una sonrisa triste.

— Si me das una oportunidad te explicaré todo— miré mi vaso— No sabes como quisiera ser yo quien te trae al baile...y quien baile contigo.

— No hay nada para explicar Noah— los recuerdos de estos días invadieron mi memoria— Solo quiero saber la verdad.

— ¿Cual?— lo volví a mirar y nuestros ojos se conectaron.

— ¿Desde cuando venías planeando esto?— se apretó el labio inferior y por un segundo desea que sus dientes mordieran mi labio.

— No planeé nada Emma— miró hacia sus costados— Te explicaré todo esta noche— dejé el vaso en la mesa— A las 12:00, en el campus...si es que te interesa— tragué en seco— Si tardas más de 15 minutos me alejaré de ti y todo...todo volverá a ser como antes— dijo eso y se perdió entre la multitud de adolescentes que había en el gimnasio.

Me limité en quedarme en un rincón sentada en las gradas miré mi celular y marcaban las 11:29 p.m solo quería irme a casa. Un chico no mas alto que yo empezó a subir y se sentó al lado mío.

— Viniste sola?— lo mire, tenía los ojos verdes oscuros, algo castaños y vestía un traje bordo oscuro, su pelo estaba largo pero algo rapado a los costados.

— Si— contesté.

— Thomas— me ofreció su mano.

— Emma— la acepté e hice una media sonrisa.

— Te ví hablando con un chico, ¿es tu novio?— casi me ahogo con aire.

— No...el es un amigo— traté de buscarlo y lo vi al lado del DJ hablando con sus amigos.

— No te veías muy feliz hablando con él— lo miré.

— Si, quizá no es un amigo— el sonrió, tenía una sonrisa muy linda— No eres de aquí.

— No, soy de una preparatoria que esta a un kilómetro, pero me pareces conocida— en ese momento desee estar muerta.

— Si posiblemente ya me hallas visto— desvíe la mirada, una canción lenta de Bruno Mars empezó a sonar, todas las parejas se juntaron en la pista de baile y empezaron a moverse al compás de la canción. Miré al apuesto chico al lado mío y no tengo mejor idea— ¿Quieres bailar?

— Si— estaba algo sorprendido por la invitación pero aún así aceptó y me ofreció su mano. Bajamos por las gradas nos ubicamos a unos metros de Mel y Mike, ellos se veían tan bien juntos.

Pasé mis brazos al rededor del cuello de Thomas y él puso sus manos en mi cintura, la luz de los reflectores de vez en cuando apuntaban su rostro y se podían apreciar unos cuantos lunares en el.

— Tu "No amigo" nos mira— me di vuelta y mi mirada se cruzó con la de Noah.

— Déjalo— Noah desvío la mirada y yo me di vuelta.

— ¿Que paso entre ustedes?

— Me invitó a este baile cuando ya había invitado a la chica con la que él está— lo dije casi sin respirar.

— ¿Eso fue todo?— al parecer si solo contaba esa parte de la historia no sonaba tan catastrófico pero tampoco quería contar la otra parte.

— Esa chica...me odia desde que aprendí a caminar, y aparte divulgó un video mío— lo dije, sentí una presión en el pecho.

— Entonces tú eres la del video— levantó una ceja— Esta bien, no te culpo...a mi hermana le pasó lo mismo— sonreí, algo nerviosa.

La canción dejó de sonar y en su lugar se empezó a escuchar Maroon 5 con Animal, Thomas se separó de mí y empezó a realizar unos raros pasos de baile que me hicieron reír. Miré a mi derecha y Mel con Mike se nos unieron a lo que sea que estábamos haciendo.

— ¿Quien es?— susurró Mel en mi oído.

— Thomas— lo miré y el me sonrió.

Las canciones pasaban y lo único que hacíamos era bailar, hasta que la música se detuvo y la directora pasó al escenario a dar un breve discurso.

— Iré a tomar algo— dije, me dirigí hacia la mesa y vi a Lidia sentada en las gradas, me parecía raro que no estuviera con Noah.

Me serví un poco ponche, y luego agarré mi bolso, saqué mi celular y cuando vi la hora mi respiración se cortó 12:29 minutos. Me sentí mareada y un pitido en el oído me aturdió.

Dejé el vaso sobre la mesa y salí del gimnasio, los pasillos estaban oscuros y los salones de clases estaban cerrados, solo se podían escuchar mis tacones chocar contra el suelo y de seguro el ruido de mi corazón, sentía que lo tenía en la boca.

Agarré mi vestido, y me saqué los zapatos. Comencé a correr hasta llegar al campus, las luces estaban bajas, pero las canchas estaban completamente vacías, me adentré más y era evidente que no había nadie.

Había llegado tarde.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Where stories live. Discover now