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Abrí mis ojos con pesadez, miré a mi izquierda y Mel ya no se encontraba ahí. Seguro había ido a la entrevista para la universidad, lo que era raro ya que ¿Quién atendería un domingo por la mañana? Yo solo me limité a mandar solicitudes, pero solo me enviarían una respuesta al final del año escolar, es decir, el viernes. El día del baile de graduación, el baile al que definitivamente tendría que comprar otro vestido y gastar más dinero, lo que no me atraía por completo.

Mi celular empezó a sonar indicando que tenía una llamada, lo busqué en mi mesa de luz pero no estaba, miré mi chaqueta y la luz traspasaba la tela del bolsillo derecho. Salté de la cama y tomé el móvil desesperadamente, una sonrisa pícara se asomó por mi rostro.

—Hola —me acosté boca abajo y me apoyé sobre mis codos.

—Hola Smith —su voz sonaba ronca—, me preguntaba que harías esta tarde.

—Nada... yo no haré nada —sentí un cosquilleo en mi estómago.

—Excelente, ¿quieres hacer algo conmigo?

—Si —dije casi sin dejarlo terminar la oración.

—Genial —respiré hondo—, pasó por ti a las 4.

—Excelente —escuché como Noah río a través de la otra línea y yo corté.

Me levanté de la cama y con toda la felicidad que emanaba de mi cuerpo bajé a la cocina para desayunar algo. Abrí el refrigerador y saqué la jarra de jugo.

Al tomar de mi vaso entré a Instagram y noté que tenía más mensajes en mi casilla, todos acerca del video pero hubo uno que llamó mi atención. No había ningún mensaje vulgar, ni ninguna foto, solo un simple "Hola", la curiosidad me ganó y entré a ese chat. Miré el usuario y dejé del vaso con jugo sobre la isla de la cocina. "Thomas", salí del chat y dejé mi celular. Se olvidaría de mi, no creo que me busque o que venga a tocar mi puerta exigiendo una respuesta o algo así. Solo fuí una chica con la qué pasó un buen rato, comió una hamburguesa y bailó por unas horas. Solo una chica común.

El timbre sonó por toda la casa y yo me exalté, mi corazón empezó a latir más fuerte de lo común y no sabía porque tenía la sensación de que Thomas estaba allí afuera con su auto color negro, esperando para sacarme a dar un buen paseo.

Caminé hacia la entrada y noté que en la mesa que se colocaba al lado de la puerta no estaban las llaves de papá, tal vez había salido a trabajar. Aunque sea domingo.

Miré por el rabillo, y pude ver el abrigo bordo de Mel menearse un poco por el viento.

—¡Emma abre! —sonreí y le quité el seguro a la puerta— ¡Santa María! esto de ir elegante a las entrevistas es horrible —se sacó el abrigo y los tacones antes de entrar.

—¿Qué haces temprano aquí? —vi que en su mano colgaba una bolsa de comida, comida vegetariana— ¿Porqué traes comida vegetariana?

—No es temprano, creo que tu reloj biológico te esta fallando, son las 12:48 a.m... hablando de biológico, tendrías que ver cómo matan a los animales para comerlos. Es horrible —puso la bolsa en la isla de la cocina y yo abrí una estantería para sacar platos—. Los de Nueva York son altos exigentes, aunque la universidad es enorme. Si obtengo la beca podré vivir en algún cuarto. Son limitados.

—Eso sería estupendo —contesté y me senté.

—¿A donde fuiste ayer a la madrugada? —me extendió un recipiente de plástico y transparente—, te oí irte.

—Fui a tomar algo por ahí —apreté mi labio inferior.

—No fuiste sola —la miré y ella me apunto con el cuchillo—, confiesa Smith, ¿con quién fuiste?

—Thomas —lo solté así nomas.

—Oh —sonrió algo desanimada.

—No... le dije que era mejor ser amigos —si quería que Thomas no me buscara tenía que hacerle saber a Mel que lo había espantando. Ella era capaz de hablar con él y hasta encerrarnos en una misma habitación. Ya lo hizo con Noah, no me extrañaría que lo hiciera con Thomas.

—No cambias Emma —llevó un brócoli a su boca e hizo cara de asco—. Todo sea por las vaquitas y las ovejitas.

Luego de pasar todo el almuerzo convenciendo a Mel que no tenía nada con Thomas, cosa que es totalmente verdad. Estuvimos viendo vestidos para el baile, buena ella los veía y yo solo ojeaba un par de veces mientras sostenía mi celular en mis manos. Ella quería algo ajustado, algo para una buena noche con Mike. Yo solo me limitaba a contestar todo lo que ella decía, si mi amiga estaba lista para dar el siguiente paso la apoyaría.

A las 2:30 p.m se fue a su casa, decía que tenía que aprobar el examen final, con una calificación alta, lo suficiente para ser aceptada en la universidad de Nueva York. Lo cual era verdad, el examen sería el miércoles y yo ni siquiera había abierto un libro o carpeta.
Pero había algo de lo que debía ocuparme ahora, y era en Noah, el chico que había cambiado mi actitud de un día para otro. El reloj marcaban las 2:47 p.m era hora de ducharme.

Me levanté del sofá y corrí a mi habitación, me paré en la puerta y respiré hondo, que haga las cosas rápidos no apresurará el tiempo. Me descambié y entré a la ducha, el agua tibia calmó mis músculos y relajó mi respiración. Ahora no sentía que mi cabeza iba a mil por hora. Ahora solo juraría no estropear esto, o solo rezaría para que nada mala ocurriese y que por una vez el destino no me jugara en contra.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora