Capítulo 5

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De nuevo, decepción, ya que había tenido la esperanza de que la nota fuera de Chris. Lo cual era ridículo ya que sólo habían hablado durante escasos minutos.

Cuando estaba recogiendo su teléfono y su abrigo, oyó un ruido tras ella, una voz familiar.

—¿Es demasiado tarde para pedirte que tomes otra copa conmigo?

¡No se había ido! Un gran alivio la embargó y sintió que no quería que ese hombre volviera a alejarse de ella. Se giró y, al mirarlo a la cara, volvió a perderse en esos fascinantes ojos y quedó cautivada por la brusca belleza de su rostro.

—Bien. He reservado una mesa privada y he pedido una botella de champán.

_____ se vio incapaz de responder con coherencia y Chris la tomó del brazo para llevarla hacia la mesa.

—Bueno —dijo él. —Pues aquí estamos.

Se inclinó hacia delante y su rostro quedó iluminado por la suave luz de la lámpara que pendía sobre sus cabezas. Sin duda era el hombre más guapo que había visto en su vida. —Dime, ¿vienes mucho por aquí?

_____ sonrió.

—Es como mi segunda casa —inmediatamente imaginó lo mal que debían de haber sonado esas palabras y se apresuró a aclararlo. —Eso es porque...

En ese momento una camarera apareció allí con el champán interrumpiendo la explicación de _____ y, para cuando volvieron a quedarse solos y Chris sirvió las copas, ya había olvidado cuál había sido la pregunta.

—Brindo por esta noche.

—¿Por qué por esta noche?

—Porque creo que va a ser... catártica —respondió él antes de dar un sorbo de champán.

Qué cosa tan rara por la que brindar, pensó ______, que también bebió saboreando las burbujas que le recorrían la garganta. No podía creer que estuviera allí sentada, con su vestido de trabajo y bebiendo champán con ese enigmático hombre. En todo el tiempo que llevaba trabajando allí, nunca había conocido a nadie como él, y eso que por ese exclusivo local pasaban los hombres más ricos del mundo; las presas favoritas de su hermano, y la razón por la que ella había conseguido empleo allí.

Al menos el vestido era lo suficientemente apropiado: sencillo y negro. La única pega era que era demasiado corto, pero Simón el jefe de Joel, insistía en que diera el aspecto de ser la chica más importante del local y con Erick allí para protegerla de las malas intenciones de algunos, por lo general evitaba situaciones comprometidas. Algo de lo que Zabdiel había sido consciente al contratarla, ya que la vio demasiado joven como para trabajar en el club. Al final había decidido darle un puesto en la puerta.

—Háblame de ti, _____.

Estaba haciéndolo otra vez, pronunciando su nombre con ese sutil acento, y entonces _____ se dio cuenta de que deseaba hacer exactamente lo que Joel le había sugerido: dejarse llevar y permitir que ese extraño la ayudara a olvidar su dolor y su pesar.

Para sufrir ya tendría tiempo cuando volviera a casa e intentara comenzar de nuevo. Al pensar en ello, la amenaza de la noche anterior volvió a colarse en su cabeza, pero logró volver a enterrar su miedo. Por el momento, y al lado de ese hombre, podía fingir que todo iba bien... ¿o no?

CRUEL VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora