Capítulo 33

175 13 1
                                    

_____ estaba guardándolo todo menos el dolor que sentía por dentro. El médico había explicado que no podría haberse evitado de ningún modo y que no había razón por la que no pudiera llevar un embarazo perfectamente normal y sin problemas en cuanto su marido y ella quisieran intentarlo de nuevo.

Estaba moviéndose por su dormitorio recogiendo sus escasas posesiones. Después de unos días ingresada en el hospital, Christopher acababa de llevarla de vuelta a casa. Había intentado hablar con ella en varias ocasiones durante los últimos dos días, pero _____ lo había ignorado. No podía soportar que la tratara con lástima.

Le sorprendía el profundo dolor que sentía por la pérdida del bebé. En cuanto había descubierto que estaba embarazada, había sentido un amor por ese ser que había sido lo suficientemente fuerte como para animarla a enfrentarse a Christopher... algo que había resultado ser el mayor error que había cometido nunca.

Se sentó en la cama durante un momento.

Su embarazo la había obligado a buscar a Christopher, pero de pronto la posibilidad de no haber descubierto que estaba embarazada y de no haber tenido una razón de ir tras él, la llenó de un inexplicable dolor tan agudo que la desgarró por dentro.

Estaba llorando cuando Christopher entró en el dormitorio y verlo fue demasiado para ella. Se obligó a calmarse y se levantó.

Él tenía un gesto serio, pero también... se le veía agotado, triste. Sin embargo, ella todavía estaba demasiado impactada como para fijarse en eso. Lo único que sabía era que tenía que irse. —¿Qué estás haciendo? —le preguntó él al ver la pequeña maleta sobre la cama.

_____ no pudo mirarlo.

—¿A ti qué te parece, Christopher? Me marcho. No hay razón para que esta farsa...

—Cariño...

Ella se giró furiosa.

—No me llames así. Yo no soy tu «cariño».

Él dio un paso adelante y, para su vergüenza. _____ sintió una emoción que había estado conteniendo cada vez que había sentido sus ojos puestos en ella, cada vez que él había intentado hablarle. Y tenía que seguir así, no podía dejar que la emoción se desbordara.

—Por favor, no —le dijo con una mano extendida hacia él y dando un paso atrás.

Christopher siguió acercándose más y más, con una intensa expresión en su rostro hasta que estuvo tan cerca que ella pudo olerlo, pudo sentir su calor envolviéndola y la quebradiza coraza que la había ayudado a seguir adelante desde que había salido del hospital se resquebrajó. La emoción brotó en forma de un entrecortado llanto y todo lo vio borroso a través de las lágrimas que le inundaban los ojos y le caían por las mejillas.

Pero antes de que se derrumbara, Christopher ya estaba allí, envolviéndola con sus brazos y abrazándola como si nunca fuera a dejarla marchar.

Cuando el llanto de _____ se había desvanecido hasta convertirse en hipo, se dio cuenta de que estaban sentados en el borde de la cama y de que él tenía la camisa empapada. Comenzó a apartarse y él la soltó. No podía mirarlo. Christopher le dio un pañuelo de papel y se sonó la nariz ruidosamente. Se secó los ojos.

—Lo siento...

—No.

La vehemencia del tono de Christopher le hizo mirarlo.

—No. No digas que lo sientes. Tú no tienes culpa de nada, _____.

Se puso de pie y se alejó mientras su cuerpo desprendía una tensión que ella podía captar. Algo estaba cambiando, algo estaba cambiando a su alrededor. _____ podía sentirlo y eso la hacía sentirse mucho más nerviosa que nunca al lado de ese hombre. Él se giró bruscamente, pasándose una mano por el pelo con impaciencia.

—Soy yo el que tiene que disculparse. Es culpa mía; es culpa mía que acabaras en el hospital.

—No, Christopher. El médico ha dicho que lo me sucedió es muy común. No es culpa de nadie.

Christopher no podía entender por qué _____ no estaba despotricando contra él y por qué estaba desaprovechando la oportunidad de culparlo. Cuando había estado en sus brazos, sus desgarradores sollozos le habían hecho una brecha en su interior y sentir su suave cuerpo contra el suyo había despertado en él un instinto de protección hacia ella.

_____ lo había puesto en una situación que no le había permitido nunca a ninguna mujer y sabía que hasta el momento no había sido capaz de afrontar la realidad y que tal vez ella no habría aceptado el dinero a cambio de alejarse de su bebé... del bebé de los dos.

Necesitaba desesperadamente algo de equilibrio, algo familiar a lo que aferrarse. Aún no creía del todo que ella no hubiera sido cómplice de su hermano, pero eso era algo que estaba cambiando, que estaba empezando a ver con menos claridad.

_____ se levantó para recoger su bolso, pero Christopher la detuvo agarrándole la mano.

—¿Qué estás haciendo?

—Me marcho. Esto debe de ser lo que querías.

Christopher retrocedió y por un momento _____ podría haber jurado que lo que vio en sus ojos fue verdadero dolor

CRUEL VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora