Capítulo 23

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Christopher soltó el aire que había estado conteniendo. Acababa de hacer la única cosa que nunca había contemplado hacer: pedirle a una mujer que se casara con él. Pero, por mucho que lo enfureciera, lo único en lo que podía pensar era en cómo el aroma de _____ lo había atraído cuando ella había pasado por delante haciéndole recordar cosas que quería olvidar: su pálida piel cubierta de pecas, su sedosa suavidad y el modo en que sus secretos músculos internos lo habían rodeado con tanta fuerza... ¡Era virgen! Pero no le permitiría seducirlo otra vez, ¿Cómo era posible que la repugnancia que sentía por esa atracción no pudiera empañar su libido? Todo dentro de él se rebelaba contra una situación que nunca había querido. Matrimonio y un bebé. Sólo la idea de convertirse en padre le había resultado odiosa. Su vida consistía en obtener placer con mujeres que sabían lo que había y que no le exigían nada.

Tendría que afrontar la situación como si se tratara de un negocio en el que no entrarían sus emociones. Era un negocio, simple y llanamente. Tendría un heredero. Se sentó en el sillón a esperar. Sabía que _____ estaría pensando que tenía la situación bajo control, pero a juzgar por su actitud, creía que había logrado inquietarla. Pero el hecho de que eso no lo hiciera sentirse triunfante lo perturbaba. Volvió a ver la carta de chantaje de Sebastian Mortimer y en un instante tomó una decisión y sacó el teléfono móvil para hacer una llamada.

Cuando _____ salió del dormitorio, Christopher estaba al teléfono hablando. Se le encogió el estómago. Ella se había cambiado de ropa y se había puesto unos vaqueros y un jersey y se había recogido el pelo. La recorrió con la mirada y se fijó en su pequeña maleta antes de terminar la conversación y guardarse el móvil en el bolsillo.

—Está arreglado.

—¿Qué quieres decir?

—En veinticuatro horas voy a saldar esa deuda por ti. Y si Mortimer intenta algo, tenemos su carta como prueba.

—Pero... eso quiere decir que voy a tener que deberte algo —el alivio momentáneo de saber que Sebastian ya no volvería a molestarla se vio disminuido enseguida ante una amenaza mucho más potente.

—¿Por qué harías algo así?

—Porque tengo que admitir que me excita la idea de pensar que cada centavo que ganes me lo estarás debiendo a mí durante un tiempo considerable. Y porque preferiría que mi esposa no estuviera relacionada con un posible escándalo.

Lo que había dicho Christopher era cierto; tardaría años en pagarle la deuda más los intereses.

—Vamos —recogió su maleta y le indicó que saliera ella primero.

_____ deseaba poder enfrentarse a su carácter dominante, pero no podía olvidar que había sido ella la que lo había invitado a entrar en su vida y ahora tenía que aceptar las consecuencias. Se centraría en el hecho de que odiaba a Christopher Vélez e intentaría olvidar que durante un breve momento había sentido por él algo que era totalmente opuesto.

Christopher metió la maleta en el maletero de un elegante coche y después le sujetó la puerta del copiloto. Cuando arrancó el coche y se incorporó a la carretera, un vehículo que circulaba en sentido contrario hizo que _____ se estremeciera en su asiento.

CRUEL VENGANZAWhere stories live. Discover now