Capítulo 30

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_____ había contemplado la sombra del pequeño avión danzando sobre el resplandeciente Mediterráneo antes de aterrizar en la isla de Sardinia, en el aeropuerto de Alghero.

Un todoterreno y un conductor los esperaban allí y el sol de la tarde caía sobre ellos.

Después de conducir durante cuarenta minutos, el conductor, Tommaso, giró en una carretera estrecha con altos árboles a cada lado que hacían que el camino se volviera sombreado y misterioso. Después, giraron a la derecha, hacia la costa, hasta que apareció un juego de enormes puertas de hierro y se abrieron suavemente como por arte de magia, casi ocultas por el denso follaje y la colorida buganvilla. Atravesaron una zona de ramas bajas para salir a un enorme patio con una fuente cuya agua caía en una alberca. Unas flores de loto flotaban sobre el agua.

Entonces apareció la casa, sorprendiendo a _____ con su discreta elegancia. El coche se detuvo y ella bajó antes de que Christopher pudiera abrirle la puerta; se había mostrado asustadiza ante él durante todo el día, sobresaltándose si se le acercaba demasiado.

La casa era una clásica villa mediterránea con tejados en color terracota combinada con otro seductor estilo. Tenía enormes ventanas que iban del techo al suelo, con cortinas blancas que se sacudían suavemente con la cálida brisa. Una delicada veranda rodeaba el exterior y _____ vio jardines a ambos lados que se extendían hasta donde imaginó que estaba el mar. Podía oír olas rompiendo suavemente cerca y el sonido la llenó de emoción.

Era una de las cosas que había echado de menos al vivir en Londres. La casa de su familia en Dublín estaba en el sur de la ciudad, en la costa, pero Joaquín no había perdido el tiempo para venderla cuando sus padres murieron. _____ había crecido con el sonido del mar y había pasado tanto tiempo desde que lo había oído de ese modo que una nostalgia agridulce se apoderó de ella.

Christopher vio cómo lo observaba todo, pero ella evadía su mirada y estaba comportándose como una testaruda. Estaba furioso porque había estado evitándolo todo el día, y no estaba acostumbrado a que las mujeres lo ignoraran. Su camiseta gris y sus pantalones cortos negros también lo enfurecían intensamente.

La vio agarrarse con fuerza a la puerta del todoterreno, vio cómo apretaba la mandíbula y supo que _____ estaba dándose cuenta de lo alejada que estaría de la civilización. Sintió una gran satisfacción... hasta que de pronto la atención de ambos fue dirigida a un enorme perro pastor blanco.

_____, encantada, se arrodilló y llamó al perro, al que acarició efusivamente sin poder borrar la sonrisa de su cara.

—¿Pero quién eres tú, precioso?

—Se llama Doppo. Era el perro de Valeria y, por lo general, no le gustan los extraños.

Oírle mencionar a Valeria le provocó un fuerte dolor de corazón. Estaba claro que le había molestado que el perro la hubiera recibido bien... tal vez habría preferido que Doppo la hubiera arrancado los miembros uno a uno. En silencio, le dio las gracias al perro por haberla aceptado.

—Hola, Doppo. Creo que tú y yo vamos a ser buenos amigos.

Christopher la observaba. _____ Brosnan estaba generando demasiadas contradicciones para su gusto y, cuanto antes supiera qué esperar de ella, mejor.

—Conocerás a mi padre durante la cena. Le he dicho que nos conocimos en Londres gracias a Valeria... lo cual, en cierto modo, es verdad. También le he dicho que nuestra relación fue muy precipitada y que no habíamos planeado que quedaras embarazada tan pronto. No esperará que nos comportemos como unos recién casados enamoradísimos, pero aun así, tendremos que actuar un poco. No sabe la relación que tenía tu hermano con Valeria. No quiero que se disguste por nada. Ya ha pasado demasiado desde el funeral y el infarto.

—Eso es lo último que quiero.

Él le miró los brazos y deslizó un dedo sobre uno de ellos,

—Tu piel es tan pálida que parece que nunca te ha dado el sol.

¡Y así era! Aunque eso seguro que no encajaría con la imagen que él se había formado de ella como la hermana de un millonario corrupto y egoísta. _____ reunió fuerzas para apartarse. Él simplemente estaba jugando con ella.

—Ahórrate tu preocupación fingida. Seguro que te alegrarías si me achicharrara viva.

Christopher le lanzó una fría mirada antes de dar un paso atrás e indicarle que fuera entrando en la villa.

Lucia, la sonriente ama de llaves de Christopher y esposa de Tommaso, la llevó hasta un lujoso dormitorio. La barrera idiomática hizo que _____ se limitara simplemente a sonreírle para darle las gracias e indicarle mediante gestos que ella misma desharía su equipaje.

La casa por dentro era blanca y luminosa, llena de espacios abiertos y muy acogedora. Había visto un gran salón con una enorme televisión de plasma y estanterías cargadas de libros. También había visto un comedor con una gran mesa blanca y veinte sillas a juego y un jarrón con unas exóticas flores rojas en el centro.

Su nuevo dormitorio también era blanco y había sido un alivio ver que, aparentemente, no era el dormitorio de Christopher. Era demasiado femenino. Verse forzada a compartir una cama con él sería demasiado y sabía que no podría soportarlo. Las puertas del patio se abrían hacia un gran jardín interior con columnas de piedra sobre las que se sostenía una pasarela que conectaba la sección interior de esa parte de la villa. Había vasijas con flores por todas partes que creaban un ambiente lleno de encanto. La tranquilidad y la paz de ese lugar alivió un poco el alma de _____.

Alguien llamó a la puerta y ella la abrió con cautela para encontrarse allí a Christopher, guapísimo con unos pantalones cortos y una camisa lisa blanca, ¡Maldito sea por hacerla sentir así cuando lo odiaba tanto! —Vendré a buscarte a las ocho para cenar.

—Ya he visto dónde está el comedor. Puedo encontrarlo...

—Iremos juntos. Mi padre utiliza otra parte de la villa, pero no hay duda de que esperará que compartamos la cama de matrimonio —se acercó, y _____ retrocedió automáticamente con el corazón acelerado. Christopher sonrió. —Y como tendremos que dormir juntos. _____, estoy seguro de que apreciarás que no quiera compartir una cama contigo más tiempo del necesario.

_____ sintió pánico: esa sensación ya estaba empezando a ser demasiado habitual.

—Si no te importa, estás bloqueando la puerta.

CRUEL VENGANZAWo Geschichten leben. Entdecke jetzt