Capítulo 10

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Finalmente se sacó el vestido por la cabeza y, mientras lo apartaba, sintió su cabello cayéndole sobre la espalda. No podía mirar a Chris, la timidez se lo impedía. Por otro lado, era consciente de que la ropa interior que llevaba debía de resultar muy aburrida en comparación con el encaje y la seda que suponía que llevarían las mujeres con las que estaba acostumbrado a estar. Lo suyo eran sencillas prendas de algodón blanco y, si no recordaba mal, ésas en particular eran tan viejas que tenían un agujero en la costura. De pronto sintió pánico; tenía los pechos demasiado pequeños y las caderas demasiado estrechas. Su hermano siempre le había dicho que tenía figura de chico.

Con la cabeza agachada, se cubrió el pecho con los brazos e inmediatamente sintió calor cuando Chris fue hacia ella y se los bajó. Se sentía ridícula y no quería tener que ver desprecio en sus ojos ante ese cuerpo nada femenino.

Él le levantó la barbilla con un dedo, pero ella seguía con los ojos cerrados.

—_____...

De nuevo su voz la hizo derretirse por dentro. _____ abrió los ojos y ladeó la cabeza en un inconsciente gesto de dignidad antes de mirarlo a los ojos. La mirada que se encontró fue oscura, profunda y ardiente. Muy ardiente.

—Pero yo... no...

—¿No qué? —le preguntó él al recorrerle el cuerpo con la mirada fijándose en cada curva, en sus altos y firmes pechos y en sus tersos pezones que se clavaban contra el algodón del sujetador.

_____ sintió deseo al ver que no la estaba mirando con rechazo.

—Creí... creí que no me encontrarías...

—¿Atractiva?

Con gran elegancia, Chris se quitó los pantalones. También se despojó de los zapatos y de los calcetines, revelando así unos pies grandes y bronceados. Tenía unas piernas largas y musculadas, las piernas de un atleta. Su mirada finalmente se detuvo en esa parte de él que seguía oculta bajo sus calzoncillos, que se tensaban con la erección que cubrían. Con la boca seca y una libido cada vez más intensa, lo vio desprenderse de ellos liberando lo que para _____ era una impresionante erección.

Él la llevó hacia sí, hasta que quedaron muslo con muslo, pecho con pecho.

Volvió a enredar las manos entre sus largos mechones de pelo mientras ella le besaba el cuello. Tenía un sabor salado y su pecho era como un enorme muro de acero.

Chris deslizó su miembro entre sus piernas. La tela de las braguitas resultó ser una deliciosa tortura y _____ comenzó a mover las caderas impacientemente, en busca de una conexión más intensa, deseando encontrarse con él piel contra piel. Deseando tenerlo dentro de ella. Sabía que deseaba todo eso, a pesar de no haberlo experimentado nunca antes.

Chris se sentó en la cama, frente a ella, y la llevó hacia sí. _____ pudo sentir cómo le desabrochaba el sujetador, que cayó para dejar al descubierto sus pechos y unos pezones que se endurecieron más todavía ante su mirada.

Le cubrió un pecho con la mano; una mano grande y contra una piel pálida. La acercó más y ella tuvo que agarrarse a sus hombros. No estaba preparada para lo que vino a continuación, cuando él cubrió con su ardiente boca uno de sus pezones. _____ contuvo un gemido y respiró entrecortadamente sin dejar de aferrarse a sus hombros.

Entre sus piernas podía sentir su erección e instintivamente las cerró ligeramente, atrapándola. Él apartó la boca de su pecho.

—Hechicera —repitió.

Cuando le cubrió el otro pezón con la boca, _____ ya no pudo contener un grito de placer. Sentía tanta humedad en el vértice de sus muslos que eso la avergonzó, ¿Era normal?

CRUEL VENGANZAWhere stories live. Discover now