𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]

𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙙𝙤𝙨

𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.

El tacto del agua caliente con mi piel fue lo más agradable que había sentido en todo el día, y de hecho, lo más agradable que había sentido desde que tengo memoria.

Aunque se estaba comportando como un idiota total, no quería prestarle atención, no quería darle importancia a ese chico.

Sólo podía ver como la sangre recorría el suelo hasta el desagüe, me daba nervios ver aquella escena, así que cerré los ojos y comencé por lavar mi cabello, lo sentía demasiado sucio, así que lavarlo fue un alivio para mi. Poco después, me atreví a ver como la sangre se combinaba con el agua y ahora lo que recorría el suelo era agua de color rosa, de cierta forma era poético, no sé muy bien como, pero la sangre siempre había tenido cierta poesía en ella.

Un largo rato después cerré la llave y salí a por una toalla, la cual estaba doblada sobre el lavabo, a un lado de un poco de ropa limpia, sonreí.

Me puse mi ropa interior y lo que Boris había dejado, una camisa y un pantalón corto de chica que no tengo idea de donde habría sacado, seque un poco mi cabello y tome mi ropa sucia, para salir de ahí y bajar, deje la ropa en la lavadora, junto a unas camisas que estaban empapadas, pero no lea preste atención, solo seguí mi camino, Boris y Theo estaban en la sala, temerosa de acercarme, comencé a subir.

-¡Ven!- gritó Theo- No muerdo- dijo riendo.

Los mire, Theo sonreía mientras Boris me miraba con odio, si las miradas matasen...

Me senté al lado de Theo con timidez, mientras veía lo que veían en la televisión, no sabía que programa era, una chica sin cabello y poderes mentales... Era demasiado extraño.

La mirada de Boris me estaba picando, así que decidí ir hacia arriba, cansada, confundida, y en la casa de dos chicos, ¿son amigos? ¿pareja? ¿Son hermanos? ¿Boris es adoptado? No lo se, y no quiero preguntar.

Subí al baño y me encerré ahí, nerviosa, quería llorar sin razón alguna, sentí una puntada en el pecho, sentía que las cosas estaban mal, algo estaba mal, no podía pensar en algo más.

¿y mis padres? Claramente tengo familia, ¿pero donde están? ¿y si realmente no tengo? ¿y si alguien me quería hacer daño? ¿Qué pasó en realidad? Demasiadas preguntas para responder y ningún recuerdo que me ayude a siquiera darme una idea.

-Audrey, abre la puerta- exigió Boris desde afuera mientras golpeaba la puerta repetidas veces.

Abrí con lentitud, sin querer verlo, sin quererme ver débil ante él- ¿Qué?- dije sin energía.

-¿Que demonios te pasa?- pregunto tomando mi mentón y obligándome a mirarlo- ¿Te sientes bien?- preguntó curioso.

-Estoy... Cansada, es todo- dije intentando sonar tranquila, pero el hecho de no saber nada de mi misma me comenzaba a enfermar.

-Ven, entonces- Dijo Boris y me tomó de la mano nuevamente, estaba frío, y yo estaba temblando, me llevo a una habitación, la cual, supuse, era de Theo, o quizá la suya.

-¿Que...?- Pregunté casi en un susurro.

-Duerme aquí, Theo puede dormir en el sofá esta noche, y yo, iré a casa- dijo, entonces no son hermanos...

-¿seguro?- pregunte y asintió, así que me senté en la cama, el se sentó a mi lado.

-No recuerdas nada, ¿no?- dijo y negué con la cabeza- Vaya... Debió ser feo.

-¿Como me encontraron?- Pregunté mientras lo veía a los ojos, ojos marrón que me parecían familiares.

-Estabas en el parque, tirada en el suelo y pensamos que estabas muerta, hasta que nos acercamos y me saludaste como si nada, después de eso estuviste inconsciente hasta que te trajimos aquí, y despertaste- dijo tranquilo.

-Vaya... No recuerdo nada antes de despertar- dije sonriendo triste.

-No te preocupes, recordar a veces cuesta bastante- dijo Boris mientras se levantaba- solo no te presiones demasiado- comenzó por sacar un cigarrillo y se lo puso en los labios- Ya verás que cuando menos lo esperes, recordarás todo- por primera vez en lo que llevó aquí, me sonrió, una linda sonrisa, además de que me dio un sentimiento de confort, uno pequeño que me hizo bajar un poco la guardia hacia él.

-Descansa- le dije y me acosté, para luego cubrirme y cerrar los ojos, me di la vuelta y comencé por intentar dormir, lo cual, no me costó mucho.