𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙫𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙤𝙘𝙝𝙤

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𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘. 

El camino en el lujoso auto del padre de Theo fue bastante entretenido, desde semanas antes, Boris tenía una gran relación con el señor Decker; Theo me había contado sobre la habilidad de su padre para encantar a las personas, y le di la razón, un día me deje llevar por su sonrisa y su tono de voz alto, como había sido actor en papeles pequeños, sabía de cine, ¿no? Lo cual tomé como una gran ayuda, y es más, una de las películas en las que el señor Decker apareció, era de las favoritas de mi antiguo padre, el mundo es demasiado pequeño, ¿no?

Boris y el señor Decker hablaban alegres mientras Theo y yo nos dedicamos miradas cómplices y Xandra se arreglaba el vestido cada tanto, no podía evitar sonreír a causa de los nervios que me causaban ver la mano de Boris subir suavemente por mi pierna hasta el borde del vestido, jugando con este, para luego bajar a mi rodilla y apretarla un poco.

Al llegar al restaurante me sorprendí, no se veía como un lugar lujoso, si no como uno de los clubes que los chicos y yo ignoramos muchas veces, lugares en los que, seguro, pueden asesinarte.

Al entrar tomada de la mano de ambos chicos, me di cuenta de que era un lugar agradable, las mesas cubiertas con manteles blancos y sillas rojas que se veían cómodas, el suelo rojo de igual manera y candelabros decorando el cielo, cuando llegamos a nuestra mesa, unas cuantas velas y flores en agua decoraban esta, miré todo sorprendida mientras nos sentábamos.

Antes de que el mesero llegara, el padre de Theo nos contaba algunas cosas a las que no presté atención por jugar con las manos de Boris por debajo de la mesa, cuando menos me di cuenta, había sacado su billetera.

-Con algo se empieza, solo recuerden hacer una revisión del equipo y que los planetas estén bien alineados, es todo.- Dijo y nos entrego 500 dólares, ¡500! ¡Para cada uno!
Por lo que tengo claro, el señor Decker hace apuestas deportivas, eso explicaba los sobres en las mesas, los catálogos deportivos  y que siempre escuchábamos gritos de victoria de su parte.

Los chicos y yo agradecimos, emocionados, Boris y yo muchísimo más emocionados que Theo, finalmente, el mesero llegó.

Aunque pedimos bastantes cosas, entre ellas, salmón, espárragos, filetes, ensaladas y un flan de postre, Boris optó por pedir bacalao para el, y aunque me ofreció bastantes veces, me negué.

La noche fue tranquila, charlas tranquilas y ningún momento incómodo por parte de nadie, nada de peleas, solo nos veíamos como una familia común y corriente, lo cual me causaba nauseas, pero también me causaba cierta alegría.

-Audrey, tengo que hablar contigo.- dijo Boris y se levantó de la mesa- Disculpen, señor Potter, Xandra, Potter, venimos en un segundo.-.

"La adolescencia, ¿no creen?" Escuché al señor Decker decir detrás de nosotros, Boris y yo fuimos hacia donde estaban los baños, para nuestra suerte, el baño de chicas estaba vacío, no sé porque Boris quería ir allí, pero ahí estábamos.

-Pensé que eran diferentes.- dijo al entrar, cuando entré, cerró la puerta detrás nuestro.

-¿Porque estamos encerrados en un baño?- Pregunté al momento en que me abrazaba a mi misma.

-Porque... Quería hacer todo más privado.- Respondió sonriendo mientras se acercaba, al estar lo suficientemente cerca, me tomó de la cintura y me levanto hasta el lavabo, en donde me sentó, para mi suerte, no estaba mojado.- Feliz navidad, cariño, aunque... Sabes que pienso.- dijo riendo mientras me abrazaba y me miraba con cariño, a pesar de estar ahí sentada, el seguía siendo más alto.

-Feliz Navidad, Boris.- Dije sonriente mientras acariciaba su mejilla.

-No sabía que regalarte, o siquiera sabía si debía regalarte algo, pero...- No terminó su oración, más bien me miró y sacó una pequeña caja negra- Aquí tienes-.

Lo miré sorprendida y tomé la caja, al abrirla, era nada más ni nada menos, que un anillo dorado, mire a Boris sorprendida.

-¿No te gusta?-Preguntó con tristeza, sólo lo abracé, emocionada.

-¡Me encanta! ¡No debiste, debió costar un dineral!- Reclame y escuche su risa.

-Si debí, eres mi novia, ¿no?- Dijo riendo mientras acomodaba mi cabello y tomaba el anillo, para ponerlo como si fuera un anillo de compromiso.

Sin esperar mucho más, nos besamos, ignorando el hecho de estar en un baño público, su cuerpo empujaba el mío contra el espejo detrás, mientras sus manos se apoyaban a los lados, como pude, le empujé, él solo retrocedió mientras me ayudaba a bajar del lavabo, seguimos caminando sin saber a donde íbamos, hasta que entramos a uno de los cubículos del lugar, por instinto cerré la puerta y se sentó, como pude, me senté a horcajadas en sus piernas, temblando un poco por la emoción de ser encontrados, sus manos subieron hasta la cremallera de mi vestido, comenzando a bajar esta suavemente y con facilidad.

En ese momento me detuve, él me miró sorprendido y con la respiración agitada.

-Creo que deberíamos volver.- Murmuré con ciertos nervios.

-Solo déjame probar otro poco.- Pidió con voz grave y levemente rasposa, a lo cual, no me pude negar, cerré los ojos y apreté sus hombros levemente, dejando que su boca terminase en mi cuello, besando este suavemente, lo cual me sorprendió, pero fue mucha más sorpresa cuando su lengua comenzó por saborear, paseando suavemente sobre mi piel, un suave gemido salió de mi boca ante el contacto, lo cual intenté evitar mordiendo mi labio inferior.

-Boris...- Susurré-.

-Shhh pequeña...- Me detuvo y sus besos subieron a mi mandíbula, para luego seguir en mis labios, probando estos con un deseo difícil de explicar, pero estoy segura de que sentía esa misma sensación indescriptible por aquel chico ruso de cabello rizado y pecas en la piel pálida.- No haré nada que no quieras, pero no me hagas esperar por siempre.- Pidió mientras sonreía débilmente.

Asentí y lo besé otro poco.

El se separó de mi, lo miré, sorprendida y extrañada por su reacción, su mirada fija y profunda me llenaban de duda.

-¿Que piensas?- Pregunté.

-En lo que sea que tu estés pensando.- Respondió y sonreí.

Lo besé en una de sus mejillas y me levanté con cierta relajación en los nervios.

-Audrey.- Me llamó mientras abría el cubículo, él seguía sentado ahí, apoyando sus codos en las rodillas.

-¿Si?- pregunté.

-Dime algo que no olvide, pero que tengas que decirme de nuevo.- dijo sonriendo, con cierta picaría en los ojos.

Antes de responder me quedé pensando un poco, mirando al chico enfrente de mi fijamente, atenta a cada detalle en su rostro, como las ojeras que decoraban la parte inferior de sus ojos y le daban más profundidad a su rostro, el rojo vivo en sus labios como producto de los besos que recién sucedieron, y la piel que se dejaba ver en las zonas en donde la camisa le quedaba muy grande, aquel chico que me movía el suelo con solo sonreírme o hablarme en uno de sus muchos idiomas que no entendía.

-Te ves muy bien.- Respondí mientras acomodaba mi vestido, él me miró confundido, pero solo me acerqué a la puerta de salida- No tardes- dije y salí de ahí.





Desde que escribí esto siempre pensé que Boris se robó ese anillo aksajsjaks

Por cierto, cambié la referencia de Daddy issues por otra de Robbers, y eso akjsakskja, saludos


𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora