𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙩𝙧𝙚𝙞𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙩𝙧𝙚𝙨

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𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.

- Hey... Pequeña.- Dijo una voz masculina y abrí los ojos, estaba en el regazo de Tom, quien me miraba con una pequeña sonrisa.- Buenos días, ¿lista?- 'Preguntó mientras yo me estiraba y despertaba finalmente.

Una nueva vida, en Nueva York, aunque hace unos días la idea de irme de las Vegas me aterraba, ya no tenía razones para quedarme ahí, solo Xandra, pero sabía que aparte de ella, no existía nada a que aferrarme.

Aunque si existía algo, y bien lo sabía, pero preferí ignorar aquel tonto y pequeño pensamiento.

Los tres bajamos del avión con pasos lentos, pues estábamos cansados y hambrientos, así que buscamos nuestras maletas lo más rápido posible, y debido al frío, Malcolm me prestó un suéter de lana color arena, haber ido con un vestido que me llegaba hasta las rodillas no era buena idea, pero por lo menos, mis pies no tenían frío.

Por alguna razón, nos dirigimos al típico montón de gente con carteles que siempre esperan a alguien, "¿quien nos está esperando ahora?"  Pregunté para mi misma, dudo que la abuela, pero nunca se sabe.

"Audrey, Tom y Manson"

Eso rezaba un cartel hecho con marcador azul brillante, al verlo, alcé una ceja, confundida.- Somos Audrey y Tom, ¿Quién demonios es Manson?- pregunté confundida mientras me miraba las mangas del suéter.

-Malcolm.- dijo Tom, obvio, mientras apretaba un poco más mi mano, eso tenía sentido, así que decidí dejar de hablar lo que restaba del trayecto.

Subimos a un auto negro y comencé a pensar que nos iban a secuestrar, pues la persona que nos llevaba parecía un mafioso, un traje negro perfecto, con un sombrero que me recordaba a Frank Sinatra, y un clavel rojo pequeño en el traje, tenía cierto parecido al Padrino, lo cual no me hizo relajarme, Tom estaba tranquilo, como todo un hijo de la mafia, mientras que Malcolm sacudía su pierna contra el suelo, sin hacer ruido, y apretando la mano que tenía entrelazada a la de su pareja.

Mirando por la ventana, miré algo que llamó mi atención, por lo cual me levanté de mi asiento y grité.- ¡Detén el auto, rápido!- Pedí, intentando no perder aquella cosa tan maravillosa de mi vista.

Todos, confundidos, y aposté que aterrados, me miraron; yo, sin más salí del auto, Tom me siguió apresurado, pues no entendía que me sucedió. 

-¿que pasa, Addy?- Preguntó y sólo lo tomé de la mano para dirigirlo al lugar, una tienda de plantas.- ¿Una planta? ¿Para que quieres una?- Preguntó riendo.

-Pues... Porque si, es linda.- Respondo y entramos, en ese momento no pensaba que iba a recurrir a ese lugar más veces, quien lo diría.

"Costilla de Adan" o "Monstera", una planta de tallos enormes y hojas grandes, ¡Era preciosa! y la quería llevar a casa, 12 dólares y era mía, mi primera planta.

Pensar que podía dedicar el tiempo que lloraba por Boris en cuidar de una planta, sonaba mucho mejor, así que, a pesar del incomodo viaje con la planta a mis pies, estaba contenta, quizá y necesitaba cambios, mejorar mi vida, dejarme crecer el cabello y olvidar a Boris.

Y estaba más que decidida a cambiar.

Llegamos a un edificio de esos que veías en la tele, era color ladrillo y tenía escaleras para subir a la puerta principal, por adentro, era mucho más moderno que afuera, una recepción color crema, con cuadros coloridos y muebles en madera, con terciopelo blanco, todo se veía tan tranquilo que sentía me iba a volver loca.

El ascensor me comenzaba a marear, por lo que fue un milagro cuando llegamos al octavo piso, en donde estaba nuestro nuevo hogar.

Paredes color crema, piso de madera, una cocina pequeña con muebles y estantes blancos, una nevera y todo lo que una cocina medio vacía podía tener,  la sala tenía un sofá café, una pequeña mesa en el medio y un librero, todo estaba tan vacío, como la casa de Theo, o como la casa en la que me solía quedar, donde Boris y yo dormíamos juntos, donde alguna vez no fuimos los únicos en el universo, si no que éramos el universo.

Deje mi planta al lado del librero, Tom me llevó a mi habitación, era blanca igualmente, con una cama sin sabanas y un pequeño escritorio, arriba, estaba un espejo pequeño, y la ventana, fue mi parte favorita, llenaba el lugar de una luz agradable, se sentía cálido.

Como los brazos de Boris alguna vez...

Me di un golpe mental al recordar a Boris, y me senté en la cama, me quite las botas y me relajé un poco, nuestras cosas no llegarían hasta mañana, así que no había mucho que hacer, más que explorar mi nueva casa y procurar encontrar algo que hacer.

Tom y Malcolm se quedaron hablando en la cocina, parecían una pareja casada, lo cual era adorable, había otro cuarto con una cama matrimonial, la cual era obvia para quien pertenecía, un baño pequeño, vacío, y con el mismo ambiente minimalista que toda el departamento tenía, un pequeño estudio con otro librero, y una habitación demasiado pequeña en donde creía que íbamos a guardar cosas como la decoración de navidad o tonterías así.

En la sala había un balcón pequeño, pero con suficiente espacio para poner un par de sillas y una mesita, al menos eso se veía gracias a los balcones de los lados, sabía que, con la maravillosa vista del lugar y la agradable luz que llegaba, iba a pasar casi toda mi adolescencia en ese pequeño lugar.

Cuando comenzó a atardecer, la luz del día se volvió naranja y el ambiente en el departamento era tranquila, la guitarra de Malcolm era el único ruido que se escuchaba en el lugar, una melodía suave que me causaba tranquilidad, Tom estaba en la cocina, hablando por su teléfono, interrumpiendo levemente el dulce sonido de la guitarra, y yo estaba en el suelo, viendo al techo, y oliendo la canela y el café que brotaban del suéter de Malcolm, para ser el primer día en Nueva York, fue perfecto, aunque no conocí la ciudad, me dio igual, estaba agotada como para tener un tour entero en la gran manzana.

-Addy- dijo Tom y me di la vuelta para verlo, quedando acostada boca abajo- Mañana, en la tarde, iremos con tu abuela, quiere verte, nos levantaremos temprano y vamos a arreglar las cosas, llegan a las 5, am- tanto Malcolm como yo, nos quejamos, luego ambos salieron para comprar algo para cenar.

Salí al balcón queriendo ver que encontraba en la zona donde me encontraba, por una parte, encontré una cafetería en la esquina, y no pude evitar el antojo de visitar el lugar, una pequeña librería, un super mercado pequeño, y un lugar casi al final de la calle que me llamó la atención.

No se que era, y no se veía bien que cosas brillaban en las ventanas, con mi no maravillosa vista, pude descifrar el nombre del lugar.

Hobart & Blackwell.







Finalmente me acordé que esta novela existe y decidí seguir con esto, realmente no va a cambiar mucho, solo pequeños detalles y algo en la historia que realmente no es muy relevante pero que quiero cambiar por gusto, espero y les guste xd

𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Where stories live. Discover now