𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙙𝙞𝙚𝙘𝙞𝙨𝙞𝙚𝙩𝙚

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𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.


Así, más y mas semanas al lado de los chicos, ya había perdido la noción del tiempo, días exigentes, para pasar la tarde en la casa de Theo, perdiendo la conciencia y durmiendo mi lengua a través del vodka, para terminar, las noches bajo las estrellas terminaba atrapada en los brazos de Boris, ya no volví a saber nada de esa chica, y cuando iba a la escuela no la veía por ningún lado, así que gané, ¿Qué gané? No lo sé, pero Boris ya era únicamente mío.

-Te ves hermosa cuando estas ebria.- dijo Boris en la misma situación de todas las noches, yo solo lo miré mal.

-¿Tan linda como esa chica?- pregunté mientras lo miraba.

-No, lo eres más.- dijo y suspiré.

-No me amas, ¿me equivoco?- dije y me levanté, me separé y lo miré de frente- Solo soy un capricho, realmente no sientes por mi todo lo que yo siento.- dije, y comencé a reír aunque quería llorar.

-Te equivocas, realmente te quiero, te amo y no te imaginas lo que me hace sentir verte.- dijo él y me tomó de las muñecas- Nena, estás borracha hasta...- suspiró- Ven, te llevo a casa- dijo y comencé a resistirme.

-¡Eres un maldito mentiroso!- grité y lo empuje, las lagrimas ya estaban presentes.

-¡No empieces a comportarte así!- me gritó.

-¡Y tú eres mi maldito padre para gritarme!, ¿no? ¡Eres un imbécil!- grité, y ahí se fueron mis lagrimas, pero me sentía bien, decir todo lo que me estaba tragando se sentía bien- ¡Solo eres un maldito imbécil que está conmigo para jugar! ¿¡No!? ¡Por eso eras tan lindo! ¡Por eso me besabas y me tocabas de esa manera! ¡Por eso besaste a esa otra chica y no fue hasta tiempo después que me volviste a hablar! ¡Porque eres un imbécil que no entiende que sus actos tienen consecuencias! ¡No lo entiendes!- dije y me cubrí el rostro.

Sus brazos me hicieron calmarme un poco, no voy a negar que sus abrazos siempre hacían en mi el efecto que la voz de una madre hace sobre un bebé, siempre me calmaba, y me gustaba esa sensación.

-Eres una idiota.- susurró en mi oído y comenzó a caminar, me tropecé con mis propios pies, y para comodidad nuestra, se sentó en el suelo, quedé de rodillas, rendida.

-Tú lo eres.- dije, con la voz rota.

-No, lo eres tú.- replicó y tomó mis mejillas- eres una tonta, pero también eres tan hermosa que estaría dispuesto a que me golpees con tal de verte sonreír- dijo, serio.

-Estás mintiend.o- dije.

-Estoy ebrio, ¿no se supone que los ebrios y los niños dicen la verdad? Estoy siendo sincero a pesar de que no sé que estoy diciendo, pero me gustas, ¿de acuerdo? Quizá lo nuestro no se esta dando bien, como debería, de forma cliché y con momentos románticos que afirmen que estamos hechos el uno para el otro, quizá el amor de tu vida sea un chico que no sea un imbécil y que te ame con todo su corazón, y quizá el amor de mi vida sea una alfombra que mantendré limpia hasta que sea viejo y arrugado, pero, quiero creer que eres quien está hecha para mi, ¿Sabes porque besé a Hayley?- preguntó el, su nariz estaba roja- Porque quiero olvidarte, porque sé que eres mejor que toda esta mierda, porque sé que mientras me quedo atascado en este maldito hoyo, tu vas a salir adelante, vas a ir a la universidad, tendrás un trabajo genial y te casarás con un hijo de papi que te dará una vida de lujos e hijos hermosos, mientras yo voy a estar aquí, vendiendo cualquier cosa y fumando hasta perder la cabeza, no quiero arrastrarte conmigo, eres tan buena que no mereces eso- dijo él y lo mire con la boca entreabierta, no sabía que decir.

-Puedes arrastrarme al infierno- susurré contra sus labios y puse mis manos en sus frías mejillas- Si eso significa tomar tu mano- dije, si esa era la vida que nos destinaba, iba a mover cielo y tierra con tal de que las cartas estuvieran a mi favor.

Me di cuenta de un detalle mas, estaba tan devota a Boris que no lo dejaría aquí, me di cuenta de lo mucho que lo quería en el momento en el que lo abracé buscando calmarlo, quería estar ahí, a su lado, metiendo las manos al fuego con tal de ser la única chica en su vida.

Había perdido la cabeza, definitivamente.

A la mañana siguiente no recordaba nada, desperté en el pecho de Boris, quien estaba sentado en el suelo, apoyado a la pared, tenía un ojo morado, el labio roto y rasguños en la mejilla, yo, por mi parte, sentía dolor en un costado, tenia los nudillos rotos y las muñecas irritadas, éramos tan dañinos el uno para el otro... No recordaba porque terminamos así, solo recuerdo sus palabras, nada más después.

-Buenos días.- dijo con la voz adormilada y me sonrió- La luz en tus ojos se ve linda en la mañana.- dijo y toque su rostro con delicadeza, con miedo de hacerle daño, más del que ya había hecho.

-¿Estarías dispuesto a vivir conmigo todos los días de tu vida?- pregunté ignorando sus palabras, el tomó mi mano derecha y besó cada uno de mis nudillos ensangrentados.

-Si eso significa despertar contigo y ver tus ojos cansados cada mañana, estaría dispuesto.- dijo, cansado.

Sin mas, lo abracé, el me abrazo de vuelta y termine llorando sin razón alguna.

Nos estábamos haciendo tanto daño con tal de ser felices, ¿Eso es amor? ¿dañar tanto a alguien para que fuera feliz?

Era nuestra versión de amor, claramente.

-Lo siento.- dije.

-Yo igual, pequeña.- dijo, acariciando mi cabello.

-Te quiero.- dije, temerosa.

Sentí su sonrisa y su respiración.

-Creo que siento mas que un "te quiero".- dijo y beso mi cabello, nos quedamos otro poco así.

La paz había vuelto, quizá.


𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Where stories live. Discover now