𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤

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𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.

Los recuerdos de ese día exacto, el día en que todo cambio de la forma más drástica llegaron a mi de la misma forma en la que recibes un golpe para el que no estás preparada, de la forma más inesperada y fuerte posible.

Antes de estar en este lugar, en la parte más solitaria y deprimente de Las Vegas en donde las luces de Neón no llegan y en donde el desierto parece el mismo mar sin fin, vivía en una casa de muñecas, todo parecía tan falso y tan bien decorado que no tengo otra forma de recordarlo.

Resulta que nunca fui una chica de buen comportamiento, nunca fui de hablar en clases o tirarle el cabello a mis compañeras, más bien era ese tipo de caos en donde insultas a tus maestras o la ansiedad es demasiada que llegas al punto de romper las ventanas con tu mano y con las cabezas de tus compañeras de formas que cuando las piensas, te pueden llegar a asustar, ya que no eres tú, no eres la chica delicada y educada que tus padres criaron desde que tienes memoria, eres un caos con ojos bonitos y las zapatillas de charol manchadas de sangre.

Para cuando llegué de la escuela ese día, la escena vivida antes parecía una película de terror, todo lleno de aquel líquido rojo que era la prueba de tus errores y de los errores que tus padres cometieron contigo, en los zapatos, en la tela de tu falda, en los lindos moños rosas de tu compañera y entre tus delicadas manos, todo se sentía como si no hubiera sido mi culpa, como si yo solo hubiera sido una espectadora más, y quien hubiera sido el culpable hubiera sido la persona más peligrosa que una escuela para niñas pudiera tener.

Después de unas palmadas, algunas reprendas y una que otra advertencia, era una nueva sesión de terapia.

Finalmente, después de la terapia que más que hacerme reflexionar sobre mis errores y hacerme creer que tengo solución, me hacía tener miedo sobre mi misma y me hacía preguntarme que tipo de familia me gustaría tener o si me gustaría tener una hermanita, mis padres empacaron sus cosas, pues nos iríamos a Las Vegas, aparentemente de vacaciones.

Aunque era completamente sospechoso irte de vacaciones después de que tu hija agrediera a una chica de su clase, no podía perder la oportunidad, quizá podía apostar en un gran casino haciendo que todos a mi alrededor crean que tengo 21 años. Para mi mala suerte, solo mis padres fueron al casino, eso dijeron, y me quedé en la habitación sola por mi cuenta, sin poder pedir servicio a la habitación, ni comer prácticamente, por esa noche, porque fui una niña mala y no merecía de disfrutar de una rica cena, solo lo pude aceptar y aguantar el dolor de estomago que me causaba el hambre del momento; para distraerme, comencé a revisar las cosas de mis padres, lo cual estaba siendo entretenido hasta que encontré un sobre con un nombre en el.

"Tom R."

Decidí abrir el sobre con un poco de cuidado y comencé a leer la carta que estaba adentro.


Querido Tom:

Margaret y yo hemos estado pensando bastante en la situación con Audrey, y queremos ser lo más honestos posibles, no podemos soportar más la carga que es para el buen nombre de nuestra familia, sin duda, cometimos un gran error en creer en ella y en creer que podía ser lo que nosotros queremos en una niña, por lo que pensamos que tú eres la mejor opción para mantener a semejante jovencita.

Para nosotros se ha vuelto un dolor de cabeza, sus notas no son la perfección que necesitamos, mucho menos su comportamiento, el cual se volvió un problema ya que prácticamente todos los días nos citan a su escuela debido a todas las cosas que hace, es increíble que el infierno sea una chica de su edad, es sorprendente como el hecho de que quieras ser responsable de ella.}

𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora