𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]

𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙫𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙨𝙚𝙞𝙨

𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.

Las luces de navidad titilaban al ritmo de la canción que sonaba de fondo, "I Love Her" de Kurt Cobain.

Boris estaba a mi lado, tomando mi mano y acariciando con su pulgar mis ya sangrantes nudillos, mientras yo apoyaba la cabeza en su hombro, mientras su nariz sangraba y sus labios probaban el amargo sabor de la sangre, estábamos juntos viendo las luces del árbol de navidad del centro comercial.

-¿Crees que Potter este bien?- Pregunté, aunque pocas veces le llamaba de esa manera, últimamente era frecuente en mi aquel apodo.

-Seguro que si, estaba dormido cuando nos fuimos.-  Boris sacó uno de sus cigarrillos.

-Está bien.- dije sin ganas mientras el árbol enfrente de nosotros seguía brillando.

-¿Aún te duele?- Preguntó Boris mientras limpiaba la sangre de su nariz con la manga de su abrigo negro, un abrigo que le quedaba grande, pero le daba buen aspecto, resaltaba aquella palidez nada saludable.

-No.- respondí sin más, una pelea más, una pelea menos, ¿acaso importa a estas alturas de la vida?- ¿Te duele a ti?- Le pregunté.

Boris negó y sentí como hacía una mueca.- No, papá me ha dado golpes más fuertes.- Solo suspiré algo aliviada.

-Esta bien.- dije sin más y nos quedamos en silencio.

Esta vez, yo fui quien comenzó todo, Boris se había puesto celoso porque el chico que atendía en el super me miraba demasiado, cuando salimos, lo golpeé en el rostro así sin mas, él me devolvió el golpe, solo que como una bofetada, y así, terminamos peleando entre gritos y algunos golpes hasta que simplemente nos cansamos y decidimos sentarnos en esta banca como si la sangre roja en nuestros rostros y manos no fuera evidencia de lo que acababa de pasar.

Sin más, volvimos a casa, mi casa, Boris no quería irse, y sabía que Tom no estaría en casa, así que no me preocupé por nada.

Cuando llegamos, Boris cerró la puerta principal, se quitó el abrigo y se acercó a mi, sin previo aviso, me besó y me dejo caer sobre el sofá, mientras acariciaba mi torso por debajo de la camisa que llevaba en ese momento, yo, con mis nervios a flor de piel, comencé a acariciar su nuca y su cabello, intentando calmar mis nervios en aquellos movimientos que producía, Boris rápidamente se levanto, sin dejar de besarme y sin abrir los ojos, me levantó, obligándome a llevar las piernas a su cadera, con miedo de caerme, me agarré a su cuerpo, sin dejar de besarlo, sentí como tropezaba con algunos muebles, soltando pequeños jadeos de sorpresa, en el intento de ir a mi habitación, terminamos apoyados en la pared que quedaba al lado, debido a que todo había sido repentino y como ya estaba cansado por la pelea anterior, terminó por bajarme de sus brazos y ser él quien estuviera apoyado en la pared, sin más, se deslizó suavemente por la misma mientras yo seguía sus movimientos para no romper su cercanía.

Sentada en su regazo con las piernas por lado y lado de su cuerpo, me besaba con tanta dulzura y cuidado que me di la impresión que aquel momento anterior nunca hubiera sucedido antes, con cuidado sacó mi camisa al tiempo que yo intentaba sacar la suya, enamorados y emocionados en el suelo del pasillo, era la situación en la que nos encontrábamos.

-Te amo.- Susurró el mientras besaba mi clavícula con suavidad, abracé sus hombros y cerré los ojos, sonriendo.

-Y yo a ti, Boris.- Susurré y me separé para verlo, su nariz volvió a gotear, preocupada, pase mi dedo pulgar para limpiarlo, solo logrando pintar su rostro con rojo, Boris sonrió cansado y me besó, dejando que aquella sangre se quedará conmigo.

-Está bien, creo que es hora de ir a dormir.- susurró y asentí, nos levantamos y fuimos a mi habitación, con una camisa limpié su rostro mientras él sacaba una botella de vodka que había escondido debajo de mi cama.

Cuando la botella estaba vacía, nosotros estábamos riendo de la nada mientras nos besábamos, como noches anteriores, ensangrentados, ebrios y cansados, nos declaramos el uno al otro ante la suave brisa de las noches de las Vegas.