𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙧𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤

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𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.

-Por favor, dime que las plantas están bien.- Pregunté mientras me dejaba caer en la cama, Boris estaba en el baño, dándose una ducha.

-Te acabo de decir que Malcolm cayó de las escaleras, ¿y me preguntas por las plantas?- Preguntó Tom por el teléfono, ofendido.

-Se cayó del segundo escalón, así que me da igual, ¿se partió un brazo o una pestaña?- Pregunté "molesta" aunque la situación me hacía reír bastante.

-Cuando llegues voy a castigarte, nada de viajes hasta el otro año.- Sentenció y solté la carcajada.

-Mi dinero, mis viajes, además te encantan los regalos que te llevo.- Repliqué y soltó un suspiro.

-Más te vale que el regalo de esta vez sea bueno o todas tus plantas van a desaparecer mágicamente.- Finalizó antes de colgar la llamada y hacerme tirar el teléfono a mi lado.

Escuché como el agua dejaba de correr y como se abría la cortina de la ducha, pero no le di importancia y cerré los ojos, la puerta del baño se abrió y solo espere a que Boris me dijera algo.

De repente, siento un peso por encima mío, solté un grito ahogado por la sorpresa y abrí los ojos, él estaba sobre mi, con nada más que una toalla atada a la cintura.

-Vamos a llegar tarde si no te vistes rápido.- Me quejé mientras lo miraba mal e intentaba apartarlo, las pocas gotas de su cabello me caían en la frente y sentía que era algo incomodo.

Boris únicamente se acercó a mi oído y comenzó por susurrar- En este momento no me importa llegar tarde.- Dijo y besó por debajo de mi oído, para luego mirar mi reacción.

Sonreí y miré a otro lado.

-Eso me confirma que después de la boda nos podremos divertir, ¿crees que Theo se quiera unir a nuestra noche de bodas?- Preguntó riendo mientras se levantaba, le tiré una almohada.

-Vete a la mierda, Boris, sigues siendo un inmaduro.- Dije riendo mientras me sentaba, Boris sonrió.

-Tú eres hermosa, ¿sabías?- Me preguntó y tomó su ropa.- Y a menos de que quieras ayudarme, largo de la habitación.- Pidió abriendo la puerta.

Con pasos peligrosos, lentos y puedo asegurar, que sensuales, me acerqué a él lo suficiente como para besarlo, sentí sus nervios por mi reacción inmediata, pero solo sonreí y me alejé.

-Lo sé, gracias por recordarlo.- Agradecí riendo y salí de la habitación, iba a buscar a Theo en su habitación de hotel.

Para recordar buenos tiempos, vinimos de vacaciones a las Vegas, estábamos en un buen hotel que no era tan caro, y tenía aires vintage que me tenían encantada, entre los tres, decidimos "casarnos" en una capilla, Darth Vader sería el juez de nuestra boda, yo sería la novia, mi mejor amigo y mi novio, mis novios, lindo, ¿no? Boris fue el de la idea.

Cuando estuvimos listos, fuimos en el auto rentado de Boris, la iglesia era pequeña y dudaba que fuera una, no teníamos testigos más que nosotros y el tipo disfrazado de Darth Vader, por lo que, mi primera boda fue un evento realmente pequeño.

Los votos fueron sencillos, "Audrey, ¿aceptas a Theo como tu mejor amigo para amarlo, respetarlo, y evitar que haga de nuevo una estupidez que arriesgue su vida?" acepté con gusto. "Audrey, ¿aceptas a Boris como el amor de tu vida para amarlo, cuidarlo y nunca dejarlo enamorarse de una alfombra?" también acepté y me reí por la voz del hombre al decirlo, era realmente una locura.

En cuanto llegó el momento de besar a la novia, Boris me tomó de la cintura y me besó con cariño y con fuerza, Darth Vader y Theo aplaudieron, en cuanto Theo me besó, fue en la mejilla, ya que Boris no quería que me besará. Boris, sin que nadie lo esperase, besó a Theo en la mejilla, recordé cuando lo besó en los labios hace años, un recuerdo extraño pero de cierta manera, adorable.

Al salir, fuimos al hotel porque estábamos agotados, nos acostamos en la misma cama, los tres, pedimos hamburguesas con papitas, y pusimos uno de los viejos VHS que rentaban en la recepción.

No falto mucho para que Theo se quedará dormido a mi lado, mientras que mi cabeza reposaba en el hombro cubierto de Boris. Estaba comiendo cuando el abrió la bocota.

-Audrey... Me tendré que ir un tiempo, negocios, ya sabes.- Me informó y asentí.

-¿Tan rápido me vas a dejar por otra?- Pregunté en broma y  me miró mal.

-No seas idiota, te perdí una vez, no pienso hacerlo de nuevo.- Admitió y sonreí, agradecida de tenerlo a mi lado nuevamente.

-¿A donde vas a ir?- Pregunté antes de comer un pedazo más de mi hamburguesa.

-París, por unas dos semanas.- Dijo y a eso, le siguió un silencio cómodo- ¿Quieres venir?-preguntó y abrí los ojos, sorprendida.

-¿Es una broma?- Pregunté sin creerlo aún. Él negó con la cabeza y acarició mi mejilla.

-¿Quieres venir conmigo? No es una broma, realmente quiero que vayamos juntos.

Sin más, sonreí y lo abracé con fuerza, no lo podía creer, iría a París con la persona que más amo en el mundo.

-¡No puedo creerlo!- exclamé emocionada mientras el me abrazaba con más fuerza, escondiendo su rostro en mi cuello.

-Créelo, al llegar, alista tu maleta y aprende francés, tenemos tiempo para prepararnos- Agregó riendo mientras se separaba, me senté sobre él, cada pierna a un costado, él puso sus manos en mis rodillas y me sonrió.

-No puedo creer que estés conmigo después de tanto tiempo.- Admití mientras lo miraba acariciar mi pierna desnuda, al llegar de la iglesia, me puse su camisa para dormir y solo tenía eso, junto a mi ropa interior y unos calcetines de estrellitas.

-Yo tampoco, pero no me interesa tener explicaciones, te tengo conmigo, y eso es lo único importante ahora.- Respondió y me acerqué más a para abrazarlo nuevamente, sus manos abrazaban mi cintura con cariño, era un momento perfecto, hasta que, de nuevo, abrió la bocota.

-¿Podemos celebrar la noche de bodas ahora?- Preguntó y lo miré mal.

-No. Theo está dormido- Respondí mientras me separaba del abrazo.

-Tenemos varias opciones, podemos despertarlo, sacarlo, pedirle que se una, podemos hacerlo en la bañera, se ve cómoda, incluso en su habitación, tiene que sacarle provecho a lo que le costó.- Solté una carcajada ante su propuesta, sin más, me levanté y lo tomé de la mano.

Nos dirigimos a la habitación de Theo, donde al cerrar la puerta, no perdimos ni un segundo en recordar viejos tiempos en donde, como en este momento, nos volvimos uno solo, el tacto caliente, la respiración agitada, la forma de mirarnos envueltos en deseo, y al amor que nos profesamos, eran mucho mejores que la antigua sensación que desnudarme ante un chico de cabello rizado, pero el amor seguía ahí, el mismo amor que sentimos de pequeños, nuestra pequeña historia de amor seguía siendo la misma, solo que... Un poco más intensa.



𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Where stories live. Discover now