𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙧𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙙𝙤𝙨

753 96 37
                                    


𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘.

Entramos al restaurante y vimos que estaba vacío, bueno, no del todo, hubiera estado vacío si no fuera por unos cuantos hombres que estaban ahí, primero que todo, estaba quien creo, era Sascha, un hombre algo mayor y desgarbado, acompañado de un hombre más joven y otro más fuerte, Theo y yo fuimos tomados de las manos, para dar más "realismo" y para apoyarnos el uno al otro.

De la nada, el plan comenzó.

Boris comenzó a hablar con los hombres "tranquilamente", yo intentaba traducir algo, pero todo era imposible debido a que no hablaba lo que fuera que ellos hablaban, de repente, otro hombre apareció con un maletín, lo abrió enfrente de nosotros y dejo ver al tan adorado jilguero dentro, me sorprendí y las manos me comenzaron a sudar, mi secreto fue una farsa, por años, solo guardaba un libro de secundaria, mientras el cuadro estaba siendo robado entre frontera y frontera.

Me acerqué sin que nadie me pidiera que lo hiciera, como si no tuviera miedo a que me dispararan sin piedad, y tomé el maletín entre mis manos, sin llevarlo conmigo, solo analizaba que fuera la obra de mi querido amigo, dando la ilusión de que realmente sabía lo suficiente para reconocer un cuadro autentico.

Lo era. 

Asentí hacia Boris y di unos cuantos pasos para mi posición inicial, de ahí, todo se convirtió en un perfecto caos.

Yuri  de repente apuntó con su arma, al igual que Boris, y el chico que estaba detrás (Víctor), el más joven, también apuntó, pero, no a nosotros, sino a Sascha y sus dos hombres, a los cuales derribaron en un momento. Boris apuntaba al hombre en el suelo, Víctor al otro hombre, y el chico más joven, a Sascha, quien estaba indefenso.

Pero lo que nadie esperaba, era el chico que estaba en la parte de atrás (Porque nadie sabía que había un chico en la parte de atrás) saliera corriendo.

-¡Hay alguien atrás!- Gritó Theo mientras señalaba al chico, rápidamente salí corriendo hacia él, esperando alcanzarlo, y estuve a punto de hacerlo, a nada, si no hubiera sido por las cajas que tiró y que me cayeron encima, lo hubiera atrapado.

-¡Audrey, tenemos que irnos!- Me gritó Boris con su entrañable acento ruso, con dificultad me levanté y corrí hacía los chicos, Boris me ofreció su mano y la tomé, él fue quien se encargó de entrelazar ambas, a lo cual, no me quejé, sentía que encajaban bien, y que el calor que emitía era relajante.

Sin más, nos subimos al auto, sin decir nada, estábamos agotados como para decir algo, está vez, Boris conducía y fumaba, mientras Theo y yo íbamos detrás, poco después paramos en una calle algo vacía, en donde nos bajamos para tomar el aire y revisar el cuadro, aunque no entendí muy bien el porque, lo podíamos hacer dentro del auto, ¿no?. En cuanto bajé, Boris me tomó de las manos y me abrazó, yo lo abracé de vuelta y comencé a reír, al separarnos, Theo se acercó con una sonrisa nerviosa, finalmente tenía su cuadro nuevamente, Boris y el juntaron las frentes como solían hacerlo como cuando eran más pequeños, y finalmente, nos abrazamos los tres juntos, celebrando nuestro logro.

-Pavlikovsky, vaya...- Dijo una voz extraña y cercana a nosotros, nos separamos y vimos a quien nos hablaba, dos hombres desconocidos nos apuntaban con un arma cada uno, Boris me dejo detrás suyo y sacó su arma, los tres se apuntaban entre sí, se acercaban mucho más, y de la nada, Boris tomó su cigarrillo y se lo tiró a uno de los hombres en el ojo, quien se quejó y se tiró hacía atrás, el otro tipo disparó al mismo tiempo en que Boris lo hizo, ambos cayeron al suelo, lo que significaba que ambos estaban heridos.

-¡Boris!- Grité aterrada, mientras me acercaba a él y me ponía de rodillas, queriendo ayudarle, él se quejaba del dolor, en ese momento juré que iba a morir, pero todo dio vueltas cuando su arma terminó en mi mano.

𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora