𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙙𝙞𝙚𝙯

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𝐀𝐔𝐃𝐑𝐄𝐘. 

Mantén la calma, respira y cuenta hasta 10, unodostrescuatrocincoseissieteochonuevediez.

Hoy sería el día en el que sabría la historia completa, sería el día en el que conozca a Tom, hoy finalmente me dare cuenta de que esta pasando.

Faltaban pocos minutos para que los chicos llegaran de la escuela, así que espere en la casa de Theo junto a Popper, quien estaba corriendo de un lado a otro, desesperado por moverse.

Cuando sentí pasos, vi a Theo enfrente de mi, sonriendo como costumbre- Hola- dije y le sonríe mientras me levantaba del suelo, me beso en la mejilla y miré detrás suyo, nada.

-Boris vendrá en un rato, no te preocupes- dijo él, sonriendo.

No podía sentirme tranquila, aunque Theo estaba sonriéndome, sentía que algo malo pasaba, pero decidí ignorar el hecho, le dije que iría por unas cosas a casa, y me fui.

La ventaja es que mi casa queda al lado de la suya, así que podía ir por mi mochila, y podría buscar a Boris.

Entre a la casa y tome la mochila que había dejado en el sofá momentos antes, ya segura de que estaba lista, salí y fui a la casa de Boris, pero unos gritos en ruso me impidieron tocar la puerta, sentí golpes en mesas, y algunas cosas caer al suelo, recordé, que como en todas estas casas, la puerta de la cocina es de vidrio, la que da a la piscina, así que me di la vuelta hasta ahí, escondiéndome entre algunas cosas y basura tirada, ahí los vi, a Boris, y un hombre mayor con rostro cansado, flaco, y ojos irritados, supuse que era su padre, él le estaba gritando mientras el solo escuchaba y rara vez respondía, lo mire, preocupada.

De repente, su padre lo golpeó con el puño, casi tirándolo al suelo, lo miré, esta vez, aterrada, cuando agarra no sé que cosa, y lo estrella contra la cara de Boris, quería salir corriendo, pero no podía dejarlo solo, suspiré, y comencé a hacer ruido con las cosas que tenía enfrente, sin más, salí a correr en el momento que escuche una puerta abrirse a mi espalda.

Eso me puso la adrenalina a tope, sentí miedo y ganas de correr hasta donde no me dieran los pulmones, pero una mano en mi muñeca me detuvo, cuando me di la vuelta, era Boris, estaba sangrando y estaba agitado, sin más, me tiré a sus brazos, lo abracé, como si no lo hubiera hecho en años, sentí su calor en mi como si hubiera vivido toda mi vida en agua helada.

La sensación de sentirme completa volvía a existir.

-Boris- dije, y tomé su rostro entre mis manos- ¿Estás bien?- asintió- Estás hecho un desastre.- dije, avergonzada y tímida.

El cielo comenzaba a pintarse de naranja intenso, una de las cosas que amaba de las Vegas era cuando atardecía, o cuando el día nacía nuevamente, era lo mejor del mundo.

-Estoy bien, ¿tu estás bien?- asentí y volvió a abrazarme.

-Estas sangrando muchísimo- afirme, preocupada, el solo sonrió. De nuevo estaba ahí, la sangre roja como las rosas y como sus manzanas favoritas, de nuevo aquel color pintaba su rostro.

-Lo sé, no te preocupes, solo tuvo un mal día y estaba algo pasado de copas- dijo, supongo que se refería a su padre- Pero mañana las cosas estarán mejor, lo sé.- dijo, sonriendo como si nada pasara.

-Boris...- susurré y lo miré con tristeza, el no se merecía eso, nadie.

-Tranquila, Audrey, todo está bien.- No, no lo está, y odio eso, que me diga que todo esta bien cuando no lo está, no pude evitar soltar algunas lagrimas, que no quise ocultar porque sería peor.- Vamos... Nena, no llores, dijo tomando mi rostro entre manos, con mis dedos comencé a acariciar sus labios rotos, llevándome un poco de sangre entre mis dedos, a pesar de todo, se veían bien, seguían dándome aquel apetito que no me fascinaba sentir, los miré fijamente, y luego lo mire a él, estábamos tan cerca...

-Nada está bien- susurró él, sin más, lo acerqué a mi y termine besando a Boris como deseaba hacerlo la noche anterior.

Ambos nos necesitábamos demasiado, estábamos destinados a conocernos, quizá, no quiero aceptar nada, solo que incluso toda la sangre involucrada no cambia el hecho de que lo necesito, y él a mi.

Era un beso desesperado, como si en mi hubiera encontrado agua, se movía con cariño y rabia, o eso sentí yo, mientras apretaba sus dedos en mi nuca y yo lo abrazaba por el cuello, no pude evitar llorar, porque él es la clara prueba de que soy débil, y de que estoy herida, y no se me da bien aceptarlo, no quiero aceptarlo.

Cuando el aire se hizo necesario, nos separamos, él pegó su frente a la mía sin despegar sus manos de mis mejillas, mientras dejaba pequeños besos en mis labios y me secaba las lagrimas.

-No llores.- pidió el en un susurro, pero no pude contenerme.

-Déjame hacerlo- pedí mientras le acariciaba los labios- Me pondré mejor, lo juro.- dije con la voz rota, para besarlo de nuevo.

No sabía qué hacer ahora mismo, nunca pensé que mi primer beso real sería así, pero no pude haber deseado algo mejor.

Ahora nos encontramos en casa de Theo limpiando sus heridas, después de que Boris lo golpeara por desinfectar aquel golpe, Theo nos dejo un momento solos, así que lo abracé mientras el estaba encima de la encimera de la cocina, lo abracé y él me abrazó a mi, callados, pues las palabras no eran mas que innecesarias.

𝕽𝖔𝖇𝖇𝖊𝖗𝖘 [𝕭.𝕻]Where stories live. Discover now