Capítulo 7

33 7 0
                                    

Liv

— Ahora solo hay que esperar... — le dije a Unan.

— No creo que logre esperar tanto.

— Esperaste muchas lunas para que Ciro te diera permiso ¿Y dices que no serás capaz de esperar tres lunas más?

— Los quiero ahora.

— Quieto... — lo tranquilicé — ya verás que esas tres lunas pasarán así de rápido.

— Eso espero...

Durante lunas, Unan le rogó a Ciro que esta temporada nos dejara tener una camada. Y al fin accedió. Supongo que ya no quería tener a Unan junto a él ni un día más.

Durante la tarde, Unan y yo fuimos a caminar por los límites hasta llegar al río en donde nos pusimos a beber agua.

— ¿Oyes eso? — le pregunté mientras levantaba las orejas muy alerta. — viene del Sur...

— Nunca había oído algo como eso... — al percatarse, Unan me empujó hacia unos arbustos, y se escondió en otros frente a mí.

— Unan...

— Shhh...

Justo en frente de nosotros, apareció un animal casi del triple de nuestro tamaño, en el cual, sobre su lomo, había una criatura aún más extraña, que no sabría describir. Pero si me parecía familiar el animal que caminaba detrás de ellos. Parecía un lobo, pero no olía como tal.

— Unan... — dije nerviosa.

— Corre a la guarida... — musitó.

— Debemos pedir ayuda.

— No llegarían a tiempo...

— Pero... — algo me jaló de una pata haciéndome daño.

Otro animal con el aspecto de un lobo mucho más grande que yo me había atrapado. Lo vi gruñirme a decirme algo, pero no conseguía entenderlo; y no entendía por qué. Luego vi a Unan abalanzarse sobre esa bestia, quitándomelo de encima.

— Liv ¡Corre! — dijo mientras peleaba con esa bestia.

— ¡Unan!

— ¡Corre y avisa a los demás!

El alboroto llamó la atención de la extraña criatura, quién rápidamente sacó una especie de rama, y apuntó directo a Unan haciendo que se le clavara una especie de espina en la pierna izquierda.

— ¡No, Unan!

— ¡Corre, corre, corre! — dijo separándose del otro animal.

Ambos corrimos lo mas rápido que pudimos, pero noté que Unan se estaba quedando atrás. Y por alguna razón, el otro "lobo" ya no nos perseguía.

— Liv... — volteé a verlo. Su velocidad comenzaba a disminuir drásticamente.

— ¡Unan qué...! — volví junto a él — levántate... ¡Levántate! — lo jalé de la piel del cuello — ¡Unan!

— Liv... — sonrió — busca a mi padre... — se veía somnoliento — y dile a todos lo que está pasando...

— No voy a dejarte... Esta vez yo voy a protegerte...

— No lo hagas...

— Unan levántate... — la criatura que estaba sobre ese gran animal, estaba acercándose a nosotros caminando en sus patas traseras, apuntándome con la rama.

— ¡Liv...! — no sé de dónde sacó la fuerza para empujarme. Pero cuando lo vi, estaba estirado en la tierra. No estaba muerto. Más bien, estaba a punto de dormirse. Y ahora, tenía otra espina en su brazo izquierdo.

— Por favor... — gimió — vete... Vete...
Nunca olvidaré el brillo en los ojos de Unan. Ese brillo que te decía que ya no podía seguir luchando más. Y por él, hice lo que me pidió.

— Por favor... — gimió casi dormido. — Vete...

Miré aterrada a la criatura, que estaba colocando otra espina en la rama. Miré a Unan, que ya no se movía. Y con una inmensa tristeza, corrí, corrí lo mas rápido que pude, en busca de los alfas.

Miré hacia atrás mientras corría. La criatura se estaba llevando a Unan.

Entre lobos... (2)Where stories live. Discover now