Capítulo 73

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Liv

Durante el día, me mantuve oculta y di de comer a mis cachorros. Pensando, en qué nos depararían los días siguientes.
- Sai... Unne... ¿saben algo? - ambos levantaron sus aún temblorosas cabecitas - ustedes son los hijos del lobo más valiente, fuerte, grande y orgulloso que he conocido... - me reí al recordar un momento - pero también es divertido, y no le gusta sentirse triste porque cree que lo hace débil... Pero yo no lo creo - lamí sus cabezas - se que son muy pequeños aun... Pero no olviden esto. Su padre, aunque no los conoció; los quiso más que a nada en este mundo... - me acurruqué junto a ellos - estaremos bien.
En medio de la noche, un ruido me despertó del susto. Aquel ruido era idéntico al de hace dos lunas. Y estaba cada día más cerca de nosotros.
- Por favor que no nos encuentren... - dije asustada al percibir el olor a sangre de lobo y otros animales. Me asomé para echar un vistazo a los alrededores, por unn olor familiar cerca de mi guarida.
- ¿Hola? - pregunté en voz baja.
- No salgas... - por su voz, supe quien era de inmediato. Se oía cansado.
- Breogan... - lo busqué con la mirada; pero lo encontré con el olfato - estás herido...
- Estoy bien... Solo me detuve a descansar un... Poco.
- Encontraron nuestro territorio ¿verdad?
- Casi... - no comprendí - pueden encontrarnos con la ayuda de esos lobos extraños... Pero supongo que ahora se les hará difícil... Si su ayudante está muerto...
- ¿Él te hirió?
- No... Fue la criatura que lo comanda.
- Hueles mucho a sangre - quise salir, pero breogan insistió en que no lo hiciera. - no llegarás a tu guarida en ese estado.
- Ese no es tu problema...
- Breogan... - saqué la mitad de mi cuerpo de la guarida - déjame ayudarte.
- ¿Por qué querrías ayudarme...? Después de todo... Soy la razón por la que Jera murió, al igual que tus otros hermanos...
- Somos lobos. Compañeros - dije - debemos ser solidarios en manada, y fuertes en soledad... - me sentí nostálgica - quédate esta noche en mi guarida, y descansa para que no mueras desangrado. Por favor...
De alguna forma lo convencí; y dejé que entrara a mi guarida detrás de mí para limitarlo de mis cachorros.
- Déjame limpiarla.
- Preocúpate más por tus cachorros... - gruñó mientras limpiaba él mismo su herida - solo acepté quedarme. No que me atendieras...
Guardé silencio, y volví con mis cachorros dándole la espalda a Breogan.
En toda la noche no pude dormir. Estaba preocupada por la criatura que podía estarnos merodeando afuera, por que mis cachorros estuvieran bien abrigados, y por Breogan, que en un momento comenzó a temblar y a murmurar que tenía frío. Entonces Ignoré todas sus amenazas, y puse a mis cachorros junto a él, para luego acostarme yo; y así, evitar que muriera de frío durante la noche.
- T..te dije que no...que no me...
- Cállate - le dije imponiendo autoridad - solo no quiero que mueras aquí. Y tampoco quiero tener que arrastrar tu cadáver lejos de mis pequeños... Ahora deja de ser tan orgulloso y testarudo. Y deja de moverte tanto, molestas a mis cachorros.
Al hablarle de esa forma, se quedó tranquilo, dejando que pusiera mi cuello sobre él.

Entre lobos... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora