Capítulo 16

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Sajer

Al salir el sol, lo primero que hice fue entablar una conversación con Tommen sobre todo lo que no entendía.

— Bien... Esto va para largo... Comienza.

— No sé por dónde partir... ¿Qué es un perro? ¿Qué es un amo? ¿Un humano, un hombre? ¿Quién es el Colosso?

— Bien. Andando.

— ¿A dónde?

— Para que te quede todo claro y no hagas la misma pregunta dos veces necesito mostrarte las cosas.

Caminamos un tramo algo corto, rodeando ese lugar que apestaba a muerte, y llegamos a un lugar en donde se podía ver un claro muy grande en medio del bosque. Y en él, habían extrañas estructuras de las cuales salian "perros" y otras criaturas  muy altas. Algunas eran mas pequeñas, como cachorros.

— Entonces...

— ¿Recuerdas los extraños acontecimientos en el bosque?

— Sí...

— Ellos son la causa de todo eso. Son humanos. Y por lo que he visto, están desplazándonos para su beneficio.

— ¿Cómo que nos desplazan?

— Mira... ¿Ves a esos perros atados en ese lugar?

— Sí...

— Están protegiendo la cacería de los humanos.

— ¿Y qué es lo que cazan...?

— Prácticamente todo lo que se mueva. Y como vieron que acabaron con casi todo de este lado de las montañas. Descubrieron que había más del otro lado.

— Cuando llegué aquí, sentí el vestigio de una manada...

— Ellos la hicieron desaparecer.

— ¿Por qué esos... Perros huelen como a lobos?

— En parte lo son. Pero fue hace mucho tiempo, y sus antepasados escogieron servir en lugar de dominar.

— ¿Y que los hace diferentes a nosotros?

— Se volvieron débiles, cobardes, y dependientes de los humanos. Ellos olvidaron el lenguaje materno y adoptaron otro. Entienden a los humanos, pero ellos no los entienden a ellos.

— ¿Es por eso que los llaman amos?

— Exacto. Los humanos ordenan, y los perros obedecen.

— ¿Cómo un alfa?

—No. Un alfa protege a los suyos a pesar de todo. — explicó — a los humanos no les importa si su compañero muere mientras cumple con lo que se le ordenó. Son seres sin escrúpulos, y muy codiciosos. Qué matan por placer, y no por necesidad.

— ¿Por qué Selim si puede hablar con nosotros...?

— Su madre pertenecía a uno de los humanos. Y su padre era un lobo de la manada que ya no existe. El poco tiempo que vio a su padre fue suficiente como para aprender la lengua madre, y al mismo tiempo el de los suyos, y el de los humanos.

— Comprendo.

— ¿Y bien?

— ¿Y bien qué?

— ¿Algo más que no te haya explicado?

— Bueno... Te falta hablarme sobre ese tal "Colosso", y el grado de amenaza que representa para los demás lobos...

— Ese ya no es nuestro problema ¿Sabes? Recuerda que cuando te vuelves lobo solitario si te preguntan de dónde saliste, tu solo debes decir que de debajo de una piedra o del fondo de un charco de lodo.

— Lo sé pero...

— Pero nada. No pertenecemos a ningún lugar, no nos preocupamos por nadie, y nadie se preocupa por nosotros. Punto.

— Pero y qué tal si están en peligro... Qué tal si mis hermanos están en peligro.

— Ese ya no es tu asunto.

— Y qué tal si es Kaila quien está en peligro. ¿No harías nada?

— Nunca hice nada por ella. Y de haber estado allí ese día, habría aceptado el castigo que fuera.

— Habrías dejado que la mataran frente a tus ojos...

— Y ella lo habría aceptado, porque siempre supo que nuestro parentesco era contra las reglas.

Estuvimos hasta el medio día observando la aldea humana y todo lo que ocurría en ella.

— ¿Tienes hambre?

— No he comido hace días — respondí.

— Entonces vamos.

— ¿A dónde?

— Al único lugar en donde se puede conseguir comida en este lado de las montañas.

Entre lobos... (2)Where stories live. Discover now