Capítulo 116

21 1 0
                                    

Kaila

Tanto Inu como yo estábamos tristes. Sura había sido el mejor amigo de Inu desde siempre; y había sido alguien muy importante para mí.
Durante el camino, me preocupé mucho por Shaya. Sura era su hermano mayor, a quien quería y admiraba tanto como si fuera su padre.
- No veo a Shaya por ningún lado - dije mirando a discretamente.
-

¿Se habrá quedado atrás?
- Voy a buscarlo - me adelanté un poco y caminé por lo alto. Sorpresivamente lo encontré rápido; estaba caminando un poco mas adelante que Sever. - Shaya... - Sever toció llamando mi atención.
- No parece una buena idea... Yo lo dejaría una momento - desvío la mirada hacia él - un laaaargo momento.
- Sura... era muy importante para él...
- Ustedes los lobos sufren mucho por sus compañeros muertos - lo miré fijamente - de donde vengo, no se acostumbra a sufrir por otros compañeros.
- Aquí no es allá. Aquí eres libre de hacer lo que quieras. - volví a mirar a Shaya, quien caminaba con la cabeza gacha - podrías quedarte si quieres.
- No soy un lobo. Ahora, tampoco un perro. No tengo nada, y tampoco a nadie.
- Puedes tener una nueva manada. Una familia.
- Creí que no te agradaba.
- Hiciste mucho por nosotros. Y demostraste no ser un coyote. Además... no eres muy diferente a mí... - no pude evitar mostrar mi tristeza.
- Lo conocí por un largo tiempo. - lo miré confundida - tu padre. Colosso lo persiguió desde el primer en el que lo vimos. Era el único que sacaba de sus casillas a ese perro. Ninguno de los oteos tenía algo en su contra... Solo... Sefuiamos órdenes. Las pocas veces que hablé con él a escondidas de los demás, me hablaba de una hija que no podía ver por su bien. Nunca me imaginé que fueras tú. El te quería mucho aunque no podía demostrártelo.
- Lo sé.
-... Sé a que te refieres con lo de "no somos muy diferentes" - continuó mirando hacia adelante - ambos hemos perdido mucho. Manadas, padres, amigos... La diferencia, es que al menos tú, siempre tuviste a otros para apoyarte - volteó a ver Inu que caminaba solo no muy lejos de nosotros. - Pero él no lo entiende. A pesar de ser un adulto sigue siendo un cachorro.
- Después de esto, Shaya ha dejado de ser un cachorro por completo.
- Deberían dejar de hablar a mis espaldas como si no los escuchara... - dijo con voz monótona y sin voltear a vernos. - Ya déjenme tranquilo... - apresuró el paso y se perdió entre los arbustos.
- ¡Shaya, espera!
- Deja que se calme a su manera - dijo Sever - no soy un lobo, pero comprendo su forma de pensar.

Entre lobos... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora