Capítulo 44

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Kaila

- Ve con él - me dijo Sura.
Ver a mi padre en ese estado me dolía mucho; y también el hecho de que siguiera ignorándome. Pero con las palabras de Sura, no lo pensé dos veces, y corrí hasta llegar al lado de mi padre; y lo seguí en silencio, sin saber que decir.
Al llegar al lago, mantuve mi distancia hasta que lo vi dejarse caer en la orilla.
- ¡Padre! - exclamé preocupada.
No había visto la otra mitad de su cuerpo. Y al hacerlo, sentí un vuelco en el estómago - ¡Estás...!
- Me sorprende el que no me halla matado... Pero con esto... Supongo que...
- Al fin pude caminar junto a ti sin el riesgo de que alguien nos viera... Y lo primero te oigo decir es... ¿Que vas a morir? - lo miré fijamente, pero el solo miraba hacia el frente; hacia el agua.
- Yo no debería significar nada para ti. No he hecho nada por ti desde que naciste. Y lo único que hice, fue rechazarte todo este tiempo.
- Es cierto. - respondí - es cierto que lo único que obtuve de ti todo este tiempo fue rechazo; pero siempre te comprendí, porque sabía que sería malo para ambos si alguien nos descubría. Y por eso nunca quise odiarte; ni mucho menos olvidar quien eras. - esa era nuestra primera charla. - pero cuando mi madre murió durante el invierno, yo... Me sentí completamente sola; y en la manada no era muy bien recibida. Entonces el encontrarte se volvió casi una obsesión para mi; pero me frustraba cada vez que no podía encontrarte.
- Siempre estuve ahí... - no esperaba que dijera eso. - desde la primera vez que nos vimos cuando eras pequeña, quise ver cómo crecías junto a tu madre. Pero cuando me di cuenta de que había comenzado a anhelar estar con ustedes... Me fui, y dejé el territorio Este por mucho tiempo. Quería olvidar esa sensación. Quería...
- Querías no sentir...
- Durante un tiempo intenté hacer algo que me hiciera olvidar tu existencia. Y cuando vi al cachorro que había sido lanzado sin piedad al río, supe que había encontrado esa distracción. - dejé que continuara - observé a ese chico por lunas. Y cuando cayó el invierno, lo conocí.
- Hablas de Sura...
- Él me hacía pensar que siempre podía haber alguien peor que tú; pero el simple hecho de que fuera un lobo tan joven, me hacía querer ayudarlo a pesar de todo. - cambió de posición y comenzó a mirarme - y luego volviste a aparecer; y noté que él se había interesado en ti. Sabía que si te quedabas con él estarías bien. Pero también sabía que tenía muchos problemas sobre su lomo, y que si no podía solucionarlos, no podría avanzar.
- Lo estimas mucho...
- A él le di lo que no podía darte a ti - me dolieron sus palabras, pero lo entendía - perdóname por todo... - nunca esperé que me dijera tales palabras - lamento haberte hecho la vida miserable...
- Yo... No tengo nada que perdonarte - me acerqué a él, y junté mi cabeza con la suya - tú eres mi padre. Y todo lo que hiciste fue para mantenerme a salvo. Así que... Gracias, padre...
El silencio que se había formado luego de nuestra charla, era espeso, pero agradable. Durmamos hací un largo rato; pero de pronto, algo se acercó a nosotros rápidamente.
- ¡Tienen que salir rápido de aquí! - apareció una loba, o un perro; no estaba segura.


Entre lobos... (2)Where stories live. Discover now