Capítulo 74

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Sajer

Cuando regresé con los otros, me vi obligado a decirles la verdad. Y a explicarles lo que vimos. Claro que también se rieron; y fue muy vergonzoso.
- Si... Si... Muy gracioso - la verdad es que me sorprendió ver que a pesar de todo, fueran capaces de burlarse de mí. - Unan. Intentaré hacerlo contigo primero - dije luego de explicar lo que Sever había dicho - así, si lo consigo, tú se lo harás a Shaya mientras voy a ver a Tomen y a los cachorros en busca de una forma de liberarlos.
- Bien. Entonces date prisa.
Hice lo que Sever me había indicado. Y en cuanto encontré un punto sin metal, comencé a morder con fuerza, como si estuviera desgarrando la carne de una liebre.
- Continúa - dijo Unan un poco incómodo, pero animado - la siento un poco más suelta.
- Está bien.
Continué mordiendo hasta que por fin, sentí que mis colmillos se tocaban entre sí.
- ¡Lo hiciste...! - exclamó Shaya.
- Baja la voz - dijo el Unan - si nos descubren y nos separan, no podré sacar el tuyo.
- Creo que con eso es suficiente como para que te lo quites tú mismo.
- ¿Cuál es tu plan?
- guarden esto - empujé la carne - y en cuanto caiga el sol, quítenselos.
- Está bien - dijo Shaya - oye... - me detuve. - dile a papá que...
- Descuida - le interrumpí - le dirás lo que quieras cuando salgamos de aquí...
- Claro... Está bien...
- Nos vemos en la mañana. No levanten sospechas.
- No somos estúpidos. Ahora vete - dijo Unan.
- Claro...
Llegué a la guarida; pero en la entrada, Selim se me atravesó en mi camino de una forma.
- Selim - le sonreí algo cansado - ¿cómo sigue tu pata?
- Está mejor ¿y la tuya?
- Bueno... No me ha dolido; pero creo que está mejorando.
- ¿Irás a ver tu amigo?
- Sí... Espero que mejore de la paliza que le dio Colosso. Aunque... No parece querer hacerlo. De todos modos está viejo y cansado - bajé la cabeza por un momento - pero no quiero que muera aquí encerrado y sin quien lo quiere...
- Ya veo... - miró atrás y volvió a mirarme - ¿estaría mal si...voy contigo?
- Claro que no - sonreí - anda, ven conmigo...

Entre lobos... (2)Where stories live. Discover now